Empresas especializadas en la explotación de gas por medio de la técnica de fracking, (Exxon Mobil LNG Asia Pacific, Shell Eastern Trading y la china Zhejiang Energy, junto con la empresa estadounidense Mexico Pacific) planean hacer del Golfo de California su plataforma de exportación de gas metano, -un combustible fósil y contaminante como lo es el petróleo-.

Ese gas será extraído desde la cuenca del Pérmico, en Texas, EE.UU, y por medio de un gigantesco gasoducto el combustible cruzará la región que abarcan los estados de Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur, en territorio mexicano, para llegar a la megaplanta Saguaro LNG, que se construiría en Puerto Libertad, en el Golfo de California.

Este gigantesco gasoducto podría fragmentar frágiles ecosistemas al cruzar por estos estados en su ruta al mar y el impacto sería mayúsculo para muchas comunidades por la contaminación ambiental y para la salud, sin dejar de lado el riesgo de explosiones.

Puerto Libertad es un pueblo de pescadores en las costas sonorenses en el Golfo de California y el plan es transformarlo en una polo industrial para la licuefacción de gas metano: el gas se enfría para volverlo líquido y almacenarlo en gigantescos barcos que crucen el Océano Pacífico para llegar a Asia, su destino final.

Este proceso cambiaría severamente la calidad del aire de todos estos pueblos, comunidades y ciudades en el noreste de México, llenándolos de compuestos que se asocian a la quema del gas metano. De acuerdo con una investigación reciente de Greenpeace y Sierra Club, tan solo en EEUU las plantas de licuefacción de gas son responsables directas de 60 muertes anuales de personas sufren daños en su salud por la contaminación asociada a su operación.

Este proyecto transformará las aguas biodiversas del Acuario del Mundo en una autopista de transportación de gas, amenazando ese bioma porque ahí se encuentran cinco especies de ballenas y el 85% de los mamíferos marinos de México.

El tránsito de buques metaneros de 300 metros de largo alterará las condiciones de una zona que hasta ahora no ha conocido el tráfico marítimo pesado. No sólo coincidirían las rutas de las ballenas con las de los enormes barcos, sino que estos estarían alterando zonas de descanso, reproducción y crianza de las ballenas.

La campaña #ballenasogas lanzó una petición dirigida a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum para que evite el fatídico destino del Acuario del Mundo.

No podemos permitir que concreten sus planes, somos más de 200 mil personas quienes en  una petición pública estamos llamando al gobierno de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.