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Colectivos, activistas y habitantes de Cancún exigen detener la privatización de una de las últimas playas públicas del municipio

Rechazan intento de venta en Playa Marlín

La ciudadanía de Cancún, junto con más de 25 organizaciones sociales y ambientales, alzaron la voz contra la intención de vender los terrenos colindantes a Playa Marlín, una de las últimas playas con acceso público, libre y equitativo en el municipio de Benito Juárez. A través de un pronunciamiento público, exigieron transparencia, respeto al derecho a un medio ambiente sano y la defensa de los bienes comunes frente al avance de la privatización costera.

Rechazan intento de venta en Playa Marlín
Denuncian violaciones a derechos ambientales y falta de transparencia por parte del Ayuntamiento de Benito Juárez

Playa Marlín no es un activo comercial, es un espacio de identidad colectiva”, señalan los firmantes. La playa representa un espacio de vida comunitaria para miles de cancunenses: escenario de convivencias, aprendizajes y memorias compartidas. Alertan que su posible venta fractura el tejido social y borra un símbolo del sentido de pertenencia local.

En contraste con tendencias urbanas globales, que apuestan por recuperar espacios públicos como estrategia de salud y equidad, las y los ciudadanos advierten que en Cancún se sigue restringiendo el acceso al mar, lo que profundiza las desigualdades sociales. Como ejemplo, recordaron el caso de Playa Delfines, cuya venta en 2005 redujo drásticamente el espacio público y generó un fuerte rechazo ciudadano.

Además, destacan que el contacto cotidiano con entornos naturales —como las playas— es fundamental para la salud mental, la paz social y la cohesión comunitaria. “Preservar Playa Marlín como espacio público también es una medida de prevención comunitaria y de bienestar colectivo”, afirmaron.

Desde una perspectiva jurídica, el posicionamiento recuerda que el derecho humano a un medio ambiente sano no se ejerce solamente a través de la conservación distante, sino mediante el acceso libre y directo a los servicios ecosistémicos que brindan estos espacios. Playa Marlín, como otros litorales, regula el clima, protege frente a tormentas, filtra agua, promueve la recreación y la identidad cultural.

Asimismo, acusan violaciones al Acuerdo de Escazú, tratado internacional firmado por México, al no haberse publicado información ambiental ni convocado a foros ciudadanos sobre el futuro del predio. Esta omisión contraviene los principios de participación, transparencia y justicia ambiental.

Las exigencias son claras:

  • Publicación inmediata de cualquier contrato de venta, cesión o concesión.
  • Suspensión del procedimiento de venta.
  • Extinción de permisos que limiten el uso público de la playa.
  • Habilitación del predio como espacio público accesible.
  • Consulta ciudadana libre e informada.
  • Inventario público y actualizado de bienes costeros.

El mensaje concluye con contundencia: “Playa Marlín no está en venta”. Las organizaciones y ciudadanos firmantes advierten que no permitirán que el acceso al mar siga desapareciendo “detrás de bardas, hoteles y contratos privados”.

Entre los firmantes se encuentran el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Greenpeace México, Selvame MX, Ciudadan@s por la Transparencia, Centinelas del Agua, ICEPY, Ch’ooj Ajauil A.C., Mujer Libre MX, entre muchos otros colectivos y comités vecinales.