La labor desarrollada por la comunidad fue muy valiosa. Cada una de las entidades de la UNAM participó desde distintos ámbitos con aportaciones inestimables
A raíz de los sismos de 2017, universitarios articularon nuevas formas de actuación
La labor desarrollada por la comunidad de la UNAM ante los sismos de septiembre de 2017 fue muy valiosa. Cada una de sus entidades participó desde distintos ámbitos y se hicieron aportaciones inestimables. Pero no sólo se atendió la emergencia, sino que se articularon nuevas formas de actuación ante contingencias.
Uno de los grandes aprendizajes fue la conformación de brigadas multidisciplinarias, en las que arquitectos, ingenieros, médicos, psicólogos y trabajadores sociales, entre otros especialistas, dieron una visión integral, completa y sistémica de los problemas, con lo que se ofrecieron respuestas más complejas para atender las emergencias, dijeron en conferencia de medios académicos de esta casa de estudios.
No obstante, se requiere un programa permanente de capacitación y consolidación de la cultura de la prevención, para saber qué hacer.
Roberto Pliego Martínez, de la carrera de Arquitectura de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, explicó que se dio asesoría y se hicieron visitas e inspecciones en diversos sitios, en particular en el municipio de Nezahualcóyotl, en edificios de la UNAM y construcciones en Tepoztlán, Texcoco, Acolman, Chinameca y Tecámac.
Las brigadas, conformadas por 479 alumnos y 56 profesores, revisaron casi 700 edificaciones. Inspeccionaron 21 tipos de construcciones: más de 400 casas habitación, casi 40 primarias y 14 jardines de niños oficiales, 25 edificios de departamentos, así como iglesias, secundarias, clínicas y mercados.
Juan Carlos Ortiz León, de la carrera de Ingeniería Civil, también en Aragón, recordó que 60 alumnos de séptimo semestre y 12 profesores conformaron las brigadas. En Nezahualcóyotl se revisaron viviendas, escuelas y edificios de gobierno; “lo desgarrador no era sólo el efecto del sismo, sino la pobreza en que viven muchas personas”.
La autoconstrucción mal hecha fue el mayor problema, relató el académico. “Detectamos viviendas que no tenían cimentación o que las losas de entrepiso estaban sobrepuestas en ladrillo”. Todos los reportes se entregaron a Protección Civil municipal y “nunca se hicieron dictámenes”, aclaró.
Germán López Rincón, de la Facultad de Ingeniería (FI), relató que la primera acción de la División de Ingeniería Civil y Geomática fue revisar planteles de la misma UNAM, y fuera se revisaron cinco unidades médicas familiares del Seguro Social, 20 edificios habitacionales del fraccionamiento Girasoles en Villa Coapa, 75 viviendas en Iztapalapa, 25 en Tulyehualco, ocho edificios en la colonia Roma y 20 en la delegación Magdalena Contreras, entre otros, para un total de 153 edificaciones.
Hoy, la Facultad desarrolla un proyecto de prevención, un protocolo postsismo que inicialmente se aplicaría en CU. Se pretende establecer bases de datos que permitan conocer el estado de una construcción, y en los edificios que por su altura no se pueden evacuar, sino hasta que pase el sismo, se señalarán las zonas seguras.
Emilio Fernández Herrera, de la Facultad de Arquitectura (FA), recordó que a partir del 20 de septiembre, después de hacer la revisión de “nuestras instalaciones”, se abrieron las puertas para que la comunidad se acercara a capacitarse, con el apoyo del Centro Nacional de Prevención de Desastres.
Se conformaron brigadas en colaboración con otras escuelas y facultades de la UNAM, pero también de otras instituciones educativas públicas y privadas. Se abrió una plataforma desde el portal de la Facultad y se atendieron 11 mil 500 solicitudes de capacitación.
Las brigadas se integraron con seis mil 160 alumnos y 273 profesores, más mil 583 egresados o profesionales externos, que realizaron inspecciones visuales.
El trabajo continúa en la atención y revisión de construcciones. Con la Secretaría de Cultura, por ejemplo, se revisan inmuebles de carácter patrimonial de Morelos, Puebla y el Estado de México. “Los aprendizajes se orientan a la actualización de planes de estudio, el fortalecimiento de una cultura de prevención, y a tener jóvenes capacitados ante una eventualidad”, finalizó.