Oaxaca y Puebla los estados con mayor criminalización. Minería, bosques y agua las actividades más peligrosas durante 2018
Ambientalistas urgen la implementación de una política integral en materia de protección a personas defensoras que prevenga y atienda los casos de criminalización
Organizaciones ambientalistas hicieron un llamado a los gobiernos de Oaxaca, Puebla, Chihuahua, Michoacán, Nayarit, Estado de México y Guerrero para que se haga justicia en el caso de los asesinatos documentados en el informe 2019 de Global Witness, y se tomen las medidas necesarias para prevenir las agresiones en contra de las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente.
En conferencia de prensa, afirmaron que Global Witness publicó su reporte 2019 sobre la criminalización de las personas defensoras de la tierra y del medio ambiente titulado «¿Enemigos del estado?», donde se sitúa nuevamente a México entre los diez países con mayor criminalización a personas defensoras del medio ambiente en el mundo y a América Latina como la región con una mayor problemática al respecto, ya que, de los diez países con mayor criminalización, cinco corresponden a América Latina.
Una de las posibles explicaciones sobre la mayor incidencia de criminalización en América Latina , dijeron, es la fuerte tradición de activismo por los derechos humanos que existe en la región, lo cual se traduce en muchos grupos que trabajan con personas defensoras de la tierra y el medio ambiente y que monitorean y denuncian los abusos, lo cual los convierte en blancos de la criminalización sin que existan políticas y mecanismos gubernamentales efectivos para prevenirla o enfrentarla.
Asimismo, enfatizaron que en el reporte 2018 México ocupó el 4º lugar a nivel global de los países más peligrosos para los defensores y defensoras de la tierra, el territorio y del medio ambiente con 15 asesinatos y en el reporte 2019 se ubica en el 6º lugar con 14 víctimas.
Red Mocaf, Cemda, Greenpeace y Rita Maíz dijeron que en el caso específico de México hay que destacar que más de la mitad de las tierras y los territorios son propiedad colectiva de pueblos indígenas, comunidades indígenas y comunidades locales bajo la modalidad de ejidos y comunidades agrarias, lo cual implica que la mayoría de las minas, bancos de materiales, cuerpos de agua, litorales, bosques, biodiversidad y otros recursos están en esos territorios, de manera que los derechos colectivos terminan amenazados y confrontados por los intereses privados de empresas a las que el gobierno otorga concesiones sin respetar el derecho a la consulta previa, libre e informada, ni el derecho a la autonomía y al territorio.
En el reporte se destaca que a nivel global los sectores con los que se relacionaron los casos de criminalización son en ese orden: Minería e Industrias extractivas; Agroindustria, Agua y Represas, Explotación Forestal y Caza ilegal.
El caso de México
En nuestro país,añadieron, los estados con más casos de criminalización fueron Oaxaca en primer lugar con 4 víctimas, seguido por Puebla con tres víctimas y Chihuahua y Michoacán con dos casos cada uno y luego Nayarit, Guerrero y Estado de México con un caso cada uno.
Explicaron que un rasgo fundamental es que 11 de las 14 personas defensoras de los territorios y medio ambiente asesinadas en 2018 están asociados a la defensa de territorios y derechos indígenas, por lo que la criminalización está claramente asociada a la defensa de los recursos que los indígenas protegen.
También es importante señalar que las actividades a las que se asocian más casos de criminalización son la minería, la actividad forestal y los proyectos sobre agua y represas, es decir los intereses asociados a la minería, a la tala clandestina, al despojo de derechos sobre los bosques y los proyectos de hidroeléctricas fueron los más letales.
Desde la sociedad civil organizada hicieron un llamado al gobierno federal, al Congreso de la Unión para:
- Acelerar la ratificación del Acuerdo de Escazú, lo que contribuiría a que como región en América Latina se implemente una política integral en materia de protección a personas defensoras de derechos humanos.
- Con la participación de la Secretaría de Gobernación, SEMARNAT, el INPI, legisladores y organizaciones de la sociedad civil diseñar políticas y mecanismos para prevenir y enfrentar la criminalización a personas defensoras de los derechos humanos ambientales.
- Reconocer por parte de la Secretaría de Gobernación y de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, con la participación de las organizaciones de la sociedad civil, la importante labor de las defensoras y los defensores ambientales.
- Detener los mensajes que desde el gobierno descalifican y estigmatizan la labor de las y los defensores ambientales y periodistas por constituir una de las etapas de criminalización que se caracterizan en el informe.
- Atender por parte de todos los órdenes de gobierno la Recomendación General 37 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) sobre el respeto y la observancia de los derechos humanos en las actividades de las empresas.
- Considerando que la mayor parte de los asesinatos documentados en el reporte están asociados a la defensa de los territorios indígenas es fundamental que desde el gobierno federal se den ejemplos del respeto pleno a los derechos en materia de consentimiento libre previo e informado, derecho a la autonomía y al territorio.