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Como parte del proyecto de rehabilitación hídrica, en esta barranca de la ciudad fueron colocados biodigestores y humedales artificiales que ayudan a ralentizar la velocidad con que bajan las descargas de agua residual y separar los restos de heces fecales del agua

Biodigestores mejoran ecosistema de Barranca Eslava

Con el propósito de incidir de manera positiva en la calidad de vida y la salud de las personas que viven en los alrededores de la Barranca Eslava, particularmente en el afluente Chichicaspa, la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) de la Ciudad de México, a través de la Dirección General del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental (DGSANPAVA), lleva a cabo proyectos de rehabilitación hídrica con la colocación de biodigestores y humedales artificiales en este punto de la capital.

Biodigestores mejoran ecosistema de Barranca Eslava
La colocación de esta infraestructura verde favorece a la comunidad, ya que evita que la gente respire vapores contaminantes, así como la presencia de fauna nociva

La subdirectora de Áreas de Valor Ambiental, Ameyalli Pérez, dio a conocer que estos trabajos de rehabilitación iniciaron el año pasado con el retiro de 126 toneladas de residuos sólidos urbanos que son arrojados a esta área de conservación. Posteriormente, se trabajó en la instalación de biodigestores y humedales artificiales a la medida de las características socio-ecológicas del sitio, con lo que se facilita la ralentización de la velocidad con que bajan las descargas de agua residual, así como la separación de las heces fecales del agua.

“El afluente de los biodigestores se hace pasar por cámaras de infiltración adaptadas como micros humedales que son como humedales en módulos, módulos muy pequeños que permiten hacer un tratamiento primario del agua residual, con lo que es posible regresar el agua al ecosistema en mayores condiciones de seguridad”, explicó.

La subdirectora detalló que en el afluente Chichicaspa fueron creados cinco humedales artificiales en casi un kilómetro de longitud, divididos en cinco bloques.

“La capacidad de cada biodigestor varía, algunos para 600 litros, cuando se trata de poquitas casas, se ponen biodigestores en tándem, unos continuos con otros para aumentar la capacidad de tratamiento. El más grande que tenemos es para tratar el agua de aproximadamente 40 familias, de tres mil litros”.

Aseguró que la colocación de estos biodigestores en el afluente Chichicaspa favorece a la comunidad, ya que evitan que la gente respire vapores contaminantes, así como la presencia de fauna nociva.

“La condición de barranca necesariamente implica el paso de un río,  estamos sobre el cauce de la barranca Chichicaspa, cuando hacemos este tratamiento de agua, efectivamente ya podemos confiar en que el agua inicie su proceso de infiltración, para alimentar los mantos freáticos o bien para que la flora y la fauna se abastezcan en condiciones seguras”, dijo.

Señaló que el afluente Chichicaspa, brazo del río Eslava y principal aporte tributario del Río Magdalena, es la primera franja urbana donde empieza la contaminación del río Eslava y, por lo tanto, donde inicia la contaminación del río Magdalena.

Biodigestores mejoran ecosistema de Barranca Eslava
La subdirectora detalló que en el afluente Chichicaspa fueron creados cinco humedales artificiales en casi un kilómetro de longitud, divididos en cinco bloques

Para evitar que esto continúe, la subdirectora de Áreas de Valor Ambiental de esta Secretaría recordó que en coordinación con la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo, brigadas del programa Empleo Verde llevan a cabo trabajos complementarios de regeneración de suelos, revegetación, e incluso conformación eco-paisajística que permiten al río pasar sin tener tanta acumulación de sedimentos.

“Hubo una capacitación con anterioridad para aprender a hacer vallas o presas de morillos, así se les denomina, que inician con el cabeceo con piedra, la cual hay que ir seleccionando y acomodando como tipo rompecabezas, e ir identificando las especies que son propicias para este sitio cuya plantación es de tipo ribereño; de ahí que se estén colocando especies exclusivamente adaptadas a las condiciones de inundación que tiene una ribera, por ejemplo, sauce blanco, ahuehuetes, tepozanes, acecintles”, finalizó.