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« ¿Quién es el homo ecologicus para decidir sobre el destino y sobre el derecho a la existencia de otras criaturas y formas vivientes, cuyo misterio rebasa su inteligencia y capacidad de acción y reflexión? »: Homero Aridjis

Brutalmente enemistada nueva propuesta de iniciativa de Ley de « Bienestar Animal » con los Derechos Animales y los Derechos Humanos

La escritora Elena Poniatowska, el poeta Homero Aridjis, Presidente del Grupo de los Cien; la artivista Elideth Fernández, la Red Nacional Antitauromaquia México, construyendo la paz; la Red de Artistas e Intelectuales por la Abolición de la Tauromaquia y Movimiento Consciencia – Fundación Internacional por el Reconocimiento de la Consciencia y de los Derechos de los Animales, rechazan categóricamente la iniciativa de Ley General de Bienestar Animal del 30 de abril del presente año, suscrita por los diputados del grupo parlamentario del Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, José Guadalupe Ambrocio Gachuz y Martha Olivia García Vidaña.

El espíritu de depredación exacerbado de esta iniciativa, sólo se disimula detrás un falaz criterio semántico de bienestar que le permita utilizar y abusar de manera velada, para que felizmente proceda a su explotación el verdugo en turno, el que sojuzga, que esclaviza, que explota y comercializa

Dicha iniciativa de un supuesto « Bienestar Animal » – pero que más convendría llamar malestar animal – está en efecto brutalmente enemistada con los Derechos de los Animales, así como en completa contradicción con décadas de luchas sociales conquistadas por un Movimiento sólido de causa justa, cuyas bases filosóficas y humanistas están, entre otros, en la de coadyuvar a despertar y sacudir las conciencias – lo que cada día se ve más reflejado en una sociedad viva – en interés de un mundo más equitativo, más empático, menos violento y menos depredador, lo cual resulta, sin duda, en la obtención de un estado de auténtico bienestar y paz para los animales, y de supervivencia para todos en nuestro conjunto.

El espíritu de depredación exacerbado de esta iniciativa, sólo se disimula detrás un falaz criterio semántico de bienestar que le permita utilizar y abusar de manera velada, para que felizmente proceda a su explotación el verdugo en turno, el que sojuzga, que esclaviza, que explota y comercializa; aquel que se apropia de otras vidas sin importarle los avances de la ciencia que ha puesto en evidencia el sufrimiento de los animales por la crueldad con la que los tratamos. Una crueldad que se nos retorna en violencia por la falta de valores y principios, porque no estamos, naturalmente, educando para la paz sino en todo lo opuesto.

Los Derechos de los Animales no es un entretenimiento, mucho menos una novedad, es la herencia de grandes pensadores en la historia del género humano; pero, sobre todo, de la sabiduría intrínseca de generaciones de todos los que amamos la vida y sabemos que es una responsabilidad respetar al prójimo, y más aún, protegerlo si es más débil, lo que es de hecho un deber inapelable.

Tan terrible es lo que proponen con esta iniciativa de ley, que incluso contemplan prohibir la « matanza » a la vista de niños. Éstos no van a ver, pero van a oír, van a sentir, van a oler… y de la libertad imaginarán una jaula mientras haya posibilidad de movimiento. Se les enseñará a encarcelar inocentes, a discriminar y aprovecharse del más débil, y se les inculcará que apilar los cadáveres de aquellos seres que alguna vez consideraron como compañeros de vida, es algo normal y aceptable. Aprenderán a provocar la muerte como supuesta medida para el combate de epidemias, sin la opción de hurgar en las raíces del caos, y a gritar entre vítores de alegría cuando le cercenan la oreja a un individuo que ha sido torturado a sangre fría y cuyos gemidos de dolor fueron enmudecidos con la música del festín…

Aquí les dejamos pues, señores legisladores, señor presidente de la República, Lic. Andrés Manuel López Obrador, la decisión de optar entre la evolución o la involución. Nos arrastramos, o nos dignificamos. Somos morales, o inmorales en esta nuestra época con deseos fervientes de transformación.

Mientras otros países, sobre todo los así llamados del primer mundo avanzan en materia de protección animal desde la perspectiva ética, jurídica e incluso económica, por todo lo que esto conlleva, ¿México propone ir en sentido radicalmente contrario?

Con esta Ley Frida, la perra rescatista heroína del sismo del 2017, probablemente habría sido sacrificada– es decir, en términos reales y exentos de eufemismos hipócritas: voluntariamente muerta – asesinada. « Cuando de vidas salvadas se trata, ¿qué diferencia demerita al hombre, a la mujer y al perro? Ninguna, así como ninguna debe desestimar a nadie en otra circunstancia de la vida. Respetemos sus derechos, y construyamos un mundo donde prevalezca la equidad y la justicia, sin menosprecio ».