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María Victoria Zúñiga lleva más de 50 años vendiendo chilacayotes en la temporada de Día de Muertos

Calavera de chilacayote, una tradición que se niega a morir

El Día de Muertos en Xochimilco se vive de una forma especial y única. En este territorio ubicado al sur de la Ciudad de México sobreviven tradiciones de antaño; una de ellas es la elaboración de las calaveras de chilacayotes traídos de la zona cerril o cultivados en las chinampas.

Cada 31 de octubre y 1 de noviembre, las calles se iluminan con los chilacayotes tallados que a manera de farol son cargados por los habitantes

Cada 31 de octubre y 1 de noviembre, las calles se iluminan con los chilacayotes tallados que a manera de farol son cargados por los habitantes que mantienen la costumbre de pedir “Calavera”, en su mayoría niños y jóvenes, ataviados con atuendos de calaveras, catrinas y catrines o personajes como La Llorona.

María Victoria Zúñiga, comerciante de verduras y hortalizas, lleva más de 50 años dedicándose al cultivo y comercialización de chilacayotes en la romería de Día de Muertos que se coloca en el corazón de Xochimilco. Doña María explica que cada año a mediados del mes de octubre comienza a seleccionar los frutos listos para ser ofertados en la plaza a un precio que oscila entre los 15 y 25 pesos.

Doña María no deja de ofrecer cada año en su carretilla estos redondos y verdes frutos que no pueden faltar en los hogares xochimilcas

Aunque las calaveras de plástico han reemplazado a la tradición del tallado de chilacayotes, Doña María no deja de ofrecer cada año en su carretilla estos redondos y verdes frutos que no pueden faltar en los hogares xochimilcas y que incluso son utilizados para elaborar platillos como pipian o para convertirlos en dulces cristalizados para colocarlos en las ofrendas o altares de muertos.