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La crisis climática hace imperativo y urgente que el Estado mexicano tome acciones climáticas drásticas y ambiciosas que prioricen el bienestar y seguridad de su población

Comunidades mitigarán impactos del cambio climático

El cambio climático ya está aquí y afecta de manera grave a muchas comunidades en el país, debido a la alta vulnerabilidad del territorio mexicano frente a este fenómeno. Greenpeace México documentó los estragos de este fenómeno en comunidades de Hidalgo y Tabasco, donde las personas se han puesto en acción para mitigar y combatir sus efectos.

Comunidades mitigarán impactos del cambio climático
En México la crisis climática ya está aquí, generando severos impactos a la población, sobre todo la que se encuentra en situaciones de vulnerabilidad

En videoconferencia de prensa, se presentaron tres series de documentales titulados “Cambio CliMéxico”, realizados en conjunto con Conexiones Climáticas, donde se muestra cómo el cambio climático ha afectado a comunidades de Tepeji del Río, en Hidalgo y de Río Playa, en Tabasco, así como la importancia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, provenientes de la quema de combustibles fósiles.

Estos documentales se presentan tres etapas: evidenciar que el cambio climático está aquí y cómo afecta a las comunidades; señalar quién es el responsable de que esto ocurra y por último, mostrar comunidades organizadas que han enfrentado el problema y encuentran soluciones viables”, advirtió Pablo Montaño, realizador de los documentales.

La crisis climática ya está aquí, advirtió Pablo Ramírez, especialista en Energía y Cambio Climático de Greenpeace México. En menos de un año hemos experimentado graves impactos en México: sequías que han puesto a nuestro país en estado de emergencia, incendios forestales de mayor magnitud y frecuencia, huracanes, lluvias torrenciales e inundaciones.

Tepeji del Río, Hidalgo y Río Playa, Tabasco son dos sitios  que experimentan los crecientes impactos del cambio climático, sequías, olas de calor, inundaciones ponen en riesgo el sustento y la salud de sus habitantes. Ante esto, las comunidades han decidido tomar acciones para adaptarse a los impactos de la crisis climática y hacer cambios que beneficien a sus comunidades.

En Tepeji el nivel de las presas ha llegado al mínimo histórico en los últimos 6 años, de acuerdo con habitantes que viven de la pesca. Sin embargo, enormes cantidades de agua contaminada proveniente de Ciudad de México llega cada día a la región.

Para hacer frente a la situación, el Fideicomiso de Infraestructura Ambiental de los Valles Hidalgo, ha desarrollado sistemas de saneamiento de agua a pequeña escala, alimentados con energía solar, que benefician directamente al acceso al agua para las comunidades vecinas.  Se genera electricidad a través de sistemas micro hidroeléctricos que permiten subir agua para riego a partes del ejido que actualmente no cuentan con acceso, según explicó Ana Lilia Velasco, integrante del Fideicomiso de Infraestructura Ambiental de los Valles de Hidalgo.

“Río Playa, se encuentra en uno de los estados más vulnerables al cambio climático: Tabasco, sufriendo inundaciones cada vez más severas y la entrada de agua salada a sus tierras que ha afectado directamente las formas de sustento del ejido”, comentó Rutilio Hernández, ejidatario de Río Playa.

Comunidades mitigarán impactos del cambio climático
Ante esto, las comunidades han decidido tomar acciones para mitigar los impactos del cambio climático

En respuesta, la comunidad ha decidido sembrar mangle blanco para filtrar el agua salada y la contaminación ocasionada por la industria petrolera que los rodea (el ejido es vecino del predio donde se construye la refinería de Dos Bocas) y como barrera para las inundaciones y huracanes que azotan la región. Con más de 330 hectáreas forestadas, la vida comienza a regresar a las tierras salinizadas por la entrada de agua de mar.

La organización enfatizó que las acciones necesarias para hacer frente a la crisis climática son posibles y necesarias, ahora mismo hay comunidades que las toman en sus propias manos por la necesidad de adaptarse a un contexto cada vez más adverso, pero hace falta que esto se convierta en una política de estado, que destine los recursos públicos necesarios para proteger a su población y no para acelerar la crisis climática.