Las tres naciones se necesitan mutuamente y no pueden darse la espalda, opinó Silvia Núñez García
Cumbre trilateral parteaguas para la integración
La IX Cumbre de Líderes de América del Norte marca un parteaguas; fue una reunión importante, sobria, donde se relanzó el proceso de integración de la región, coincidieron en señalar expertos de la UNAM, en conferencia de medios a distancia.
La directora del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-Los Ángeles, Silvia Núñez García, dijo: se habla de esta parte del mundo como una zona que por lo menos aspira a estar integrada, pero se requiere trabajar en el abordaje y “tejido fino” para generar la identidad regional, comunicando a las tres sociedades los beneficios que se esperan de la cooperación entre México, Estados Unidos y Canadá.
Al abordar el tema “Cumbre trilateral ¿un nuevo camino para América del Norte?”, la experta opinó que construir una narrativa supranacional es difícil en los tiempos actuales, porque la pandemia asentó criterios que se orientan más al fortalecimiento de los nacionalismos; de ese modo, erigir la identidad regional necesitaría acompañarse de una serie de mensajes permanentes que, a través de datos duros y demostrables, comuniquen que “si vamos juntos, nos va mejor”.
Para el académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), Oliver Santín Peña, Joe Biden necesitaba la reunión para reforzar su posición al interior de su país y disminuir en algo las críticas en su contra, sobre todo en momentos en que su aprobación es de alrededor de 40 por ciento, con una caída que se ha hecho más aguda a partir de la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán en agosto pasado, y que se acentúa con las cifras récord de indocumentados que llegan a su territorio, hecho que ya está causando una crisis humanitaria.
A su vez, el experto de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Tomás Milton Muñoz Bravo, explicó que la reunión fue importante porque “se habló de todo, medio ambiente, salud, combate al consumo de drogas ilícitas y el tráfico y trata de personas, atender las cadenas de suministro para mejorar la producción y el comercio en la región, procurar condiciones laborales dignas, terminar con la deforestación y conservar hasta 30 por ciento de la tierra y agua de toda Norteamérica en los siguientes años, promover las migraciones seguras y ordenadas, y atender las causas estructurales de la movilidad humana”.
Al retomar el uso de la palabra, Núñez García se refirió al tema migratorio y subrayó que México debe estar observante en la posibilidad de que la cantidad de solicitantes de refugio, sobre todo centroamericanos, puedan distribuirse entre los tres países, porque ello disminuiría la enorme presión que tiene nuestro país en este rubro.
La Unión Americana quiere y necesita fuerza de trabajo migrante, pero hay que establecer bajo qué condiciones, de migración temporal o circular, de reunificación familiar, etcétera. Eso llevará mucho tiempo; la pandemia abrió para los conservadores la posibilidad de incidir en un discurso de exclusión en contra de aquellos que tienen la necesidad y deseo de ingresar a EU.
La cumbre, concluyó, ha sido una buena oportunidad para que el mundo observe que la relación de México con el resto de los países está centrada en su vínculo con Estados Unidos. Y “lo que es importante señalar es que las tres naciones se necesitan mutuamente y que no pueden darse la espalda”.
Más adelante, Santín Peña externó que existen diferencias ideológicas del presidente mexicano con Trudeau y Biden, los dos líderes abiertamente neoliberales que promueven, entre otros aspectos, la inversión en el ramo energético en México.
En este contexto, Muñoz Bravo se pronunció a favor de generar, a escala regional, estrategias comunes frente a nuevas pandemias para contar con respuestas oportunas. “Me preocupa que no hay novedades en materia de combate al narcotráfico; son básicamente las mismas recetas, sin un compromiso claro de Estados Unidos para impedir la venta de armas de las grandes empresas que están llegando a nuestro país”.