El escritor quintanarroense Cristian Peña Poot da testimonio de la vida de su padre, quien falleció en 2016, a través de los 16 poemas que lo conforman
Infancia remota, libro que convierte la palabra en una ofrenda
Con una carrera fructífera —pese a naciente— en las letras, Cristian Peña Poot convierte la palabra en una ofrenda para su padre con el libro Infancia remota, proyecto beneficiado por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC) de Quintana Roo.
Con una tirada de mil ejemplares, la obra parte de una voz lírica rural para testimoniar la vida de su papá, a quien otorga la palabra mediante 16 poemas divididos en tres capítulos: en el primero aparece el niño; en el segundo, la pérdida de la inocencia y el enfrentamiento con el mundo adulto; en el último, la confrontación con la muerte, “pero con fe y constancia”, describe el autor en entrevista.
Cristian, Premio Estatal de la Juventud de Quintana Roo en la categoría Expresiones Artísticas y Artes Populares, relata que su padre lidiaba con una enfermedad terminal —que causó su defunción en 2016— mientras lo escribía, por lo cual afirma que fue una manera de superar el duelo y ofrecer su voz a través del trabajo literario.
Explica que su proceso creativo inició cuando sabían que su estado de salud era crítico, y concluyó poco después de su fallecimiento. Los poemas fueron escritos durante los trayectos al hospital y los días en que lo cuidaba.
Infancia remota describe poéticamente al hombre que se encuentra en la última etapa de su vida y lo sabe, cuyo único deseo es hallar una manera de morir dignamente a través de la reconstrucción de su existencia.
“Puede parecer oscuro en su intención, pues narra la vida de alguien que inevitablemente morirá, pero termina siendo muy luminoso; solo hay un poema en que se ve el dolor, pero en la mayor parte se celebra la vida”, afirma el escritor, quien actualmente es becario del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) de Quintana Roo.
Cristian ha sido un importante promotor cultural en su municipio y su casa de estudios, el Instituto Tecnológico Superior de Felipe Carrillo Puerto, donde dirigió el taller literario Literachere. Actualmente es pasante de ingeniería en administración.
Obtuvo el Premio Estatal de Oratoria de Quintana Roo en 2012, 2014 y 2015; también, menciones honoríficas en el Concurso Nacional de Oratoria y Debate Público “Dr. Belisario Domínguez Palencia” 2013 de Comitán, Chiapas, y en el Premio Nacional de Cuento Breve 2015 organizado por el Tecnológico Nacional de México.
En 2013, un texto suyo fue incluido en la antología de relatos breves Colibrí-cuentos, de la Dirección General de Educación Superior Tecnológica. Es compilador del Cartapacio Literachere y autor del poemario Nostalgia de pájaros —presentado en la Feria Internacional del Libro del Caribe (FILIC) 2016—, ambos publicados en 2015. En ese mismo año fue becado para asistir al encuentro peninsular de escritores Festival Cultural Interfaz “Signos en Rotación”, del gobierno estatal de Yucatán