Expertos coinciden en que el PIB no puede ser la única brújula del desarrollo y en la necesidad de métricas que reflejen la calidad de ese desarrollo y del bienestar de la población
Llaman a atender crisis ambiental de AL para prevenir enfermedades
Una de las principales lecciones que nos ha dejado la pandemia del COVID-19 es que en los últimos años hubo un verdadero abandono del sector de salud pública, y no podemos permitir que pase lo mismo con la crisis ambiental, aseguró Iván González, de la oficina del Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, durante la segunda mesa de alto nivel de la primera jornada de Revolución Sostenible: diálogos por la recuperación, la resiliencia y la equidad.
El Instituto de Recursos Mundiales México (WRI México, por sus siglas en inglés) convocó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (SEMARNAT), a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), al Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia y al Ministerio del Ambiente de Perú para dialogar sobre el reto en América Latina y el Caribe para transitar hacia una recuperación pospandémica cuidadosa del medio ambiente, resiliente y equitativa.
El segundo panel de Revolución Sostenible estuvo conformado por Helen Mountford, vicepresidenta de clima y economía del Instituto de Recursos Mundiales (WRI); Joseluis Samaniego Leyva, director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la CEPAL; Ricardo José Lozano, Ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia; Iván González Márquez, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, y Fabiola Martha Muñoz Dodero, Ministra del Ambiente de Perú, y estuvo moderado por Andrés Flores, director de cambio climático y energía de WRI México.
“Somos testigos de la convergencia de varias crisis: la sanitaria, la económica, la de empleos y la actual crisis climática… (Esas crisis) se combinan además con otras crisis subyacentes que ya estaban, como la inequidad. Sin embargo, esta también es una oportunidad, tenemos ante nosotros una oportunidad única en un siglo para cambiar cómo se ve el mundo”, dijo Helen Mountford, vicepresidenta de clima y economía de WRI, en la apertura del panel.
Los expertos y líderes en temas relacionados al medio ambiente coincidieron en que el PIB no puede ser la única brújula del desarrollo y en la necesidad de métricas que reflejen la calidad de ese desarrollo y del bienestar de la población.
También coincidieron en que las soluciones que se empleen durante la recuperación pospandémica deben contar con una perspectiva regional.
En ese sentido, Joseluis Samaniego, director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la CEPAL, dijo que el crecimiento económico debe ser selectivo y en línea con otras políticas enfocadas en garantizar el bienestar social, sin suscribirlo en soluciones que a largo plazo afectarían al medio ambiente, ya que eso sería contraproducente.
“Es posible un desarrollo compatible con la agenda 2030 y con el Acuerdo de París por varias razones: es más barato el camino verde, por ejemplo. Además, nos sacaría de la volatilidad económica que rodea a los combustibles fósiles, ya que cada vez importamos más refinados y nos cuesta más exportar los crudos. (También se) baja la huella ambiental, se crean más empleos y (las soluciones verdes) contribuyen más al PIB. En Chile vimos que podemos ahorrar emisiones y ahorrar costos”, expuso Samaniego.
Ricardo José Lozano, Ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, hizo énfasis en la necesidad de contemplar soluciones que cuenten con tres ejes transversales, y, sobre todo, en reconocer el rol de las biodiverciudades en el proceso de recuperación.
“Los ejes transversales son la gobernanza, el financiamiento innovador, y el seguimiento y monitoreo. En ese último punto, no (podemos) usar como único indicador de bienestar al PIB.
“Hay que reconocer que somos una especie más que está en el ecosistema y que tiene que, de manera obligatoria, cambiar su manera de relacionarse (con ese ecosistema). Ahí es donde entra la articulación de las ciudades con su propio territorio”, explicó Ricardo José Lozano durante su intervención.
Los panelistas también coincidieron en la importancia de impulsar la ratificación el Acuerdo de Escazú, y destacaron el nexo de la pandemia actual con el tema alimentario, con la degradación de los ecosistemas y con el tráfico ilegal de especies, y llamaron a no desatender esos temas.
“Tenemos que identificar cuáles son los factores que aumentan los riesgos. En Perú, siendo un país megadiverso, el tema de la pérdida de biodiversidad es crítico, se necesitan propuestas concretas para dejar de perder los bosques. El tema, además, está ligado con la salud. Una agricultura y ganadería desordenadas tienen efectos adversos, presionan a los ecosistemas y generan problemas como el COVID-19”, advirtió Fabiola Martha Muñoz Dodero, Ministra del Ambiente de Perú.
Esta primera jornada de Revolución Sostenible forma parte de una oferta digital de paneles de alto nivel, conversatorios y mesas sectoriales, la cual tiene lugar del 9 de junio al 14 de julio y en la que se abundará en la importancia de atender los retos que el mundo ya enfrentaba antes de la pandemia del COVID-19 y en construir una mayor resiliencia ante desastres y enfermedades.
El objetivo de estos encuentros multisectoriales es el de generar líneas de solución que nos lleven a la construcción de sociedades más justas, equitativas, resilientes y cuidadosas del medio ambiente.