Los arrecifes descubiertos tienen una alta presión por las actividades humanas que se desarrollan en mar y costa, como la pesca y la explotación de hidrocarburos
Localizan siete estructuras arrecifales sumergidas en las costas del sureste del Golfo de México
Las investigaciones conjuntas realizadas en la plataforma continental del Suroeste del Golfo de México por personal académico y estudiantes de la Universidad Veracruzana y del Instituto Tecnológico de Boca del Río, dieron como resultado el descubrimiento de siete arrecifes sumergidos que, hasta ahora, eran desconocidos plenamente para la ciencia.
Con información proporcionada por pescadores y prestadores de servicios de buceo deportivo, y con el valioso apoyo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental A.C. (CEMDA), en el último año se realizaron diversas exploraciones sobre la plataforma continental ubicada entre la laguna de Tamiahua y la desembocadura del río Papaloapan, en Veracruz.
Mediante el uso de equipo especializado e inmersiones con equipo de buceo autónomo, fue posible confirmar la presencia de distintas estructuras sumergidas que en conjunto representan cerca de 1,100 hectáreas de superficie arrecifal que no ha sido reconocida oficialmente por las autoridades mexicanas.
En la región norte, entre Tamiahua y el río Tecolutla, fueron encontrados los que, hasta la fecha, representan los mayores arrecifes sumergidos en todo el sureste del Golfo de México. Ubicado frente a la laguna de Tamiahua, y con una longitud cercana a los cinco kilómetros y un ancho de 700 metros, Corazones es el arrecife coralino sumergido más largo y septentrional reportado. Por su parte, Piedras Altas, justo en la desembocadura del río Tecolutla, es el ambiente coralino de mayor superficie, con 388 hectáreas.
En la región entre Antón Lizardo y el río Papaloapan, se confirma la presencia de una amplia zona de arrecifes sumergidos no coralinos, como Los Gallos y Camaronera, donde las esponjas, algas y otros invertebrados constituyen ecosistemas relevantes para la fauna marina.
A lo largo de esta investigación, se pudo apreciar que la huella de las actividades humanas sobre estos ambientes es severa. La mayor parte de los sitios descubiertos resienten la intensidad de las actividades pesqueras y el incremento de las tasas de sedimentación, lo que se refleja como una baja diversidad de especies de peces de importancia comercial.
Asimismo, la industria de los hidrocarburos representa una seria amenaza para la viabilidad ambiental de estos arrecifes. Tal es el caso del Gasoducto Tuxpan-Texas, proyecto que ignoró la presencia de estos ecosistemas. Además, es necesario recalcar que la mayor parte de estos arrecifes se ubican dentro de los polígonos en licitación para la exploración de hidrocarburos.
En términos de protección, ninguno de los arrecifes sumergidos aquí reportados se encuentra dentro de un área protegida. Con excepción del arrecife Pantepec Norte, en el Sistema Arrecifal Lobos Tuxpan, el resto de los arrecifes están totalmente desprotegidos por la Comisión de Áreas Naturales Protegidas y por otras autoridades ambientales.
Con la información generada, es posible apreciar el gran reto que enfrenta nuestro país en materia ambiental. Cientos de familias de las localidades costeras de Veracruz dependen de estos arrecifes para obtener empleo y alimento. Al mismo tiempo, la extracción de hidrocarburos y las actividades portuarias, aunadas a los fenómenos globales como el cambio climático, amenazan la sobrevivencia de estos ecosistemas.
Es por ello que el trabajo de la comunidad científica, en colaboración con las organizaciones de la sociedad civil, es sumamente relevante para la toma de decisiones adecuadas que garanticen a las nuevas generaciones, la oportunidad de mantener y mejorar su calidad de vida.