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Pedro Montiel asegura que disfruta pasar sus días conviviendo con los ejemplares, pero admite que lo que más le gusta “es que la gente vaya a conocerlas, las aprecie y, sobre todo, sepa respetarlas

Un orgullo cuidar al Águila Real en Chapultepec

En el marco del Festival Mundial de las Aves «Alas metropolitanas», que se realiza este fin de semana en el Zoológico de Chapultepec, Pedro Montiel Rojas, experto y cuidador de aves, comparte su experiencia como cuidador del Águila Real, especie que aparece en el escudo nacional de México y que se distingue por su temperamento y fuerza.

Pedro es biólogo y tiene 13 años trabajando con especies como el Cóndor de los Andes, aguilillas, búhos, caracara y águilas reales

Pedro  es biólogo y tiene 13 años trabajando  con especies como el Cóndor de los Andes, aguilillas, búhos, caracara y águilas reales.

Asegura que su acercamiento con el Águila Real es permanente: “Estas aves son muy tranquilas, nos dejan participar con ellas para entrar a limpiarles, dejarles su alimento y cuidar de ellas. Es muy importante que los cuidadores tengan una relación estrecha con los ejemplares”.

Desde el aviario del Zoológico de Chapultepec, Montiel Rojas reconoce  que está tan unido a estos ejemplares que sabe “cómo se alimentan en vida libre, cómo es que cazan, cómo se relacionan con los demás elementos. Aprendemos a conocerlos, su temperamento, saber si el ave está bien o está mal”.

Desde el aviario del Zoológico de Chapultepec, Montiel Rojas reconoce que está tan unido a estos ejemplares que sabe “cómo se alimentan en vida libre, cómo es que cazan, cómo se relacionan con los demás elementos

El experto y cuidador de aves comenta que también trabajó en el Zoológico de San Juan de Aragón, donde llevó a cabo el programa de condicionamiento operante para realizar demostraciones de vuelo los fines de semana, con el propósito de que las y los visitantes conozcan la importancia y cuidados de estas especies.

Pedro Montiel asegura que disfruta pasar sus días conviviendo con los ejemplares, pero admite que lo que más le gusta “es que la gente vaya a conocerlas, las aprecie y, sobre todo, sepa respetarlas. Me siento muy contento de convivir con estos ejemplares y feliz por trabajar cada día con quienes simbolizan la libertad y fortaleza”.