El nuevo decreto deberá prohibir transgénicos y glifosato
Decreto Scherer-Villalobos fue dado de baja de Conamer
Greenpeace México y la Campaña Nacional Sin Maíz no hay País, celebramos la decisión del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de no avalar y no firmar el anteproyecto de decreto Scherer-Villalobos, el cual no prohíbe el glifosato ni los transgénicos.
Gracias a la información y a la movilización que desde la ciudadanía generamos, se logró que se diera de baja el decreto Scherer-Villalobos de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (CONAMER), una propuesta contraria a los dichos y declaraciones del presidente de México.
El que se haya dado de baja el decreto Scherer-Villalobos, representa una oportunidad para publicar un decreto que vaya en línea con las declaraciones del presidente de prohibir los transgénicos y el glifosato hacia 2024.
Ahora se abre la oportunidad para que exista un decreto presidencial que responda a los más de 20 años de lucha campesina, de comunidades, ciudadanas (os), científicas (os), académicas (os) y organizaciones que han exigido en repetidas ocasiones se tome acción determinante para la prohibición de transgénicos y glifosato en el país y en defensa de la soberanía alimentaria de México.
La decisión de no avalar y eliminar el decreto Scherer-Villalobos de la CONAMER, ponderando los intereses nacionales, la defensa de nuestras semillas nativas, nuestra autosuficiencia y soberanía alimentarias, es fundamental para avanzar e impulsar un nuevo sistema agroalimentario y nutricional basado en prácticas agroecológicas que no afectan la salud ni dañan el medio ambiente, y avanzar hacia la autosuficiencia y soberanía alimentaria.
Asimismo, reiteramos la urgencia de que exista un decreto presidencial que prohíba los transgénicos y el glifosato de manera inmediata en todos los programas gubernamentales y de manera total en 2024.
Es tiempo de saldar la deuda histórica con las y los campesinos, y con la diversidad genética en México. Nuestro territorio mexicano se debe considerar y respetar como centro de origen del maíz y de cultivos nativos, entre ellos el chile, el frijol, la calabaza, la vainilla, el algodón, el aguacate, el amaranto, el chayote, el cacao y el maguey.
La transición hacia la agricultura ecológica, es la única manera en la que podremos asegurar alimentos saludables para una población creciente sin devastar a la naturaleza y empeorar el cambio climático. Es una causa justa por revalorar la agricultura campesina, rescatar nuestras semillas nativas y proteger los derechos humanos de las agricultoras y agricultores, y de las comunidades indígenas.