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Está compuesta por roca pulverizada, vidrio volcánico y minerales pequeños; es abrasiva: vulcanóloga Julie Roberge

Cubrebocas y lentes: protección ante ceniza

La ceniza que arroja el volcán Popocatépetl está compuesta por roca pulverizada, vidrio volcánico y minerales pequeños; además, es abrasiva, por lo que se recomienda el uso de cubrebocas y proteger los ojos con lentes, expuso la investigadora de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Julie Roberge.

Cubrebocas y lentes: protección ante ceniza
Es normal la actividad que registra por estar ubicado en el Eje Neovolcánico, añade

La doctora, cuyo campo de estudio se enfoca a la actividad de los volcanes, particularmente al Popocatépetl, explicó que los eventos que se están presentando son similares a los de 2012, 2013, 2016 y 2019.

Recomienda a la población de los municipios y localidades cercanas al volcán, cerrar puertas y ventanas, evitar en lo posible la exposición prolongada a este material, particularmente niñas, niños y personas de la tercera edad, así como proteger a todo tipo de animales.

Explicó que la actividad que registra el volcán Popocatépetl representa un hecho normal, ya que se ubica en el Eje Neovolcánico, por lo que la población no debe alarmarse; recomendó seguir las indicaciones de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) y del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

La vulcanóloga agregó que este fenómeno probablemente se debe a la presencia de nuevo magma a gran profundidad que está expulsando el Popocatépetl.

Recordó que aún no se ha registrado una actividad mayor del coloso, como la ocurrida en el periodo 2001-2002, cuando provocó daños menores en poblaciones aledañas.

“El Popocatépetl es uno de los volcanes mejor monitoreados del mundo, hay muchos científicos de México y de otros países que están dispuestos a ayudar en esta fase de estudio de su actividad”, destacó Julie Roberge.

La actividad volcánica es impredecible, depende de cuánto material esté acumulado abajo del volcán. No lo podemos ver ni probar de manera directa, sólo a través de la medición de gases y registro de movimientos telúricos.

La científica también señaló que tampoco es posible determinar con precisión las poblaciones que podrían resultar más afectadas por la emisión de ceniza, porque dependerá de la actividad del volcán y del patrón del viento.