En la estepa del Zoológico de Chapultepec habitan tres camellos que no transportaron a los Reyes Magos, pero sí cargaron entre sus jorobas algunos kilos de ternura y alegría para contagiar a quien los visite.

En este centro de conservación viven tres hembras, en un espacio semejante a su lugar de origen, donde tiene sombra con áreas verdes y una zona árida para que se sientan como en casa.

Hace 24 años Salomón Reyes Gómez comenzó a trabajar en el cuidado de los animales; cuatro años después, se concentró en la atención de dromedarios, lémures y camellos. Desde entonces, le ha gustado el carácter tranquilo y juguetón de los camellos: “Los ejemplares son muy tranquilos, aunque juegan mucho. Nosotros podemos entrar con ellos y acariciarlos”.

Asegura que estos mamíferos de cuello largo y aspecto amable viven más años bajo cuidado humano, mientras que en vida libre disminuye porque no cuentan con los cuidados suficientes ni atenciones necesarias. La más grande  de esta familia tiene 15 años de edad.

Entre las atenciones diarias que hace Salomón está el aseo y la alimentación de los camellos hembra: “Les quitamos un poco del pelaje que tienen de invierno y les doy de comer. Además, cada tercer día, cepillamos su cabello, ahorita  su pelaje es de invierno porque tienen que estar más cubiertos por el frío que hace y ya cuando empieza la temporada de calor cambian de pelaje y éste es más corto y después se les empieza a caer el pelo”.

El cuidador comenta que la dieta de estos ejemplares consiste en 15 kilos de alfalfa acicalada, 20 kilos de avena y 5 kilos de concentrado de grano.

Salomón Reyes comenta que disfruta mucho convivir y cuidar todos los días a estos ejemplares originarios del medio oriente, así que invita a los capitalinos a visitar el Zoológico de Chapultepec y conocer más sobre esta y otras especies de fauna silvestre.