Menu

Activistas por los derechos de los animales se unen a las exigencias de los defensores del medio ambiente que han expresado su preocupación y denunciado la creciente presencia de macrogranjas de cerdos en Yucatán, México

Organizaciones pro animales se unen en contra de Kekén

En México las macrogranjas se han expandido rápidamente en los últimos años, son grandes instalaciones que albergan miles de cerdos destinados a la producción de carne con implicaciones urgentes de atender. Los activistas y los habitantes locales argumentan que la expansión de estas instalaciones está teniendo graves consecuencias para el medio ambiente y la salud pública.

Organizaciones pro animales se unen en contra de Kekén
El sector porcino en México es altamente industrializado y está dominado por grandes empresas que operan granjas de cerdos a gran escala como Kekén en la Península de Yucatán, sus graves impactos al medio ambiente, a la salud humana y las terribles condiciones en que mantienen a los animales no pueden seguir bajo la omisión de las autoridades

Entre las preocupaciones citadas por los activistas se encuentran la contaminación del aire y del agua, la deforestación y la pérdida de biodiversidad, y el maltrato y abuso de los cerdos. Según los defensores de los animales, los cerdos en estas macrogranjas son mantenidos en condiciones de hacinamiento y estrés, lo que a menudo lleva a enfermedades y sufrimiento.

Además, las macrogranjas de cerdos producen grandes cantidades de desechos que desembocan en los acuíferos locales y emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye significativamente al cambio climático. Los defensores del medio ambiente argumentan que la expansión de estas instalaciones también está causando la deforestación de áreas naturales y la pérdida de hábitats para especies en peligro de extinción.

Los activistas están pidiendo a las autoridades estatales de Yucatán que tomen medidas para frenar la expansión y el apoyo a estas macrogranjas de cerdos. También están instando a los consumidores a considerar alternativas a la carne para proteger el medio ambiente y frenar la matanza de los animales.

Según los datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) de México, en 2020 se mataron un total de 19,484,108 cerdos en todo el país para la producción de carne. Cabe señalar que esta cifra es una estimación basada en los registros oficiales, y puede haber variaciones en los números reales debido a factores como la informalidad en la industria de la carne y la falta de monitoreo riguroso. Sin embargo, esta cifra da una idea aproximada de la magnitud de la industria porcina en México y el número de animales que se matan anualmente para la producción de carne.

Los cerdos tienen una gran capacidad de aprendizaje y memoria, y pueden reconocer a otros cerdos y a las personas. También pueden aprender a resolver problemas y realizar tareas complejas.

Además, los cerdos son animales muy sociales y disfrutan interactuando con otros cerdos y personas. Estos animales son capaces de sentir emociones como el placer, el dolor, el miedo y la alegría, y pueden mostrar comportamientos complejos como el juego y el cuidado maternal.

En este tipo de granjas industriales, los cerdos son confinados en espacios reducidos y se les niega cualquier forma de realizar comportamientos naturales. Además, se les puede mutilar sin anestesia para evitar peleas y lesiones debido al hacinamiento, lo que causa mucho dolor y sufrimiento.

Los cerdos son a menudo sometidos a prácticas de alimentación forzada para aumentar su peso rápidamente, lo que puede causar problemas de salud a largo plazo. Los animales también pueden ser trasladados y manipulados con fuerza, lo que puede causar lesiones y estrés.

Otra práctica común en las granjas industriales de cerdos es la separación temprana de los cerditos de sus madres, la castración, el corte de cola y la extirpación de dientes sin anestesia.

Junto a la comunidad de Sitilpech, las organizaciones en favor de la protección y defensa de los animales, abajo firmantes, hacemos un enérgico llamado para que Kekén y empresas como éstas dejen de instaurar granjas; y que las instituciones públicas y privadas promuevan la transición a un sistema alimentario a base de plantas, sostenible, respetuoso con la vida de los animales, el medio ambiente y la salud humana.

  • Alianza Alimentaria y Acción Climática AC
  • Amor Canino
  • Animales y Praxis
  • AnimaNaturalis
  • APASDEM
  • Callejeritos Tuxtla
  • Casa Animal Morelia
  • Coalición de activistas por los Derechos de los Animales del Estado Veracruz
  • Colectivo Cultura Animalia
  • Generación Vegana
  • Gente por la Defensa Animal (GEPDA)
  • Igualdad Animal México
  • Justicia y Dignidad Animal AC
  • Naturaleza Animal
  • Proyecto ARPA
  • Veganiza tu Vida
  • Xalapa por la Vida Digna Animal

“Para ayudar a los pueblos indígenas y detener este ecocidio, es necesario dejar de apoyar a industrias cómo éstas antes de que sea muy tarde. La industria ganadera es especista, reprime y violenta”, explica Jessica González Castro, Directora en México de Generación Vegana, ONG internacional que promueve el veganismo sin fines de lucro.

Antecedentes

En la Península del Yucatán, en México, existen más de 200 granjas porcinas, muchas de ellas ubicadas en áreas protegidas. Su funcionamiento ocasiona terribles daños ambientales por la cantidad de olores, gases, partículas sólidas y líquidas que emiten a la atmósfera, por el consumo desmedido de agua y manejo de residuos que pueden contaminar los acuíferos y ponen en peligro los cenotes, lugares sagrados para los mayas e importante fuente de agua para la población.

Desde hace más de 4 años, la empresa líder en producción y comercialización de carne de cerdo “Kekén” se instaló en a 1 kilómetro de la comunidad maya de Sitilpech, municipio de Izamal, Yucatán, de apenas 1,400 habitantes, desde ese entonces la comunidad ha tratado de defender su territorio de todas las afectaciones sin embargo la lucha se acentúe en julio del año pasado cuando las autoridades le otorgaron un permiso para duplicar el número de cerdos, desde 22,000 hasta 48,000 que había en la granja.

Ante esta situación diversas organizaciones, incluidas organizaciónes Antiespecistas y civiles se han unido contra la granja porcícola de la empresa Kekén, la mayor explotadora de cerdos de México. Argumentando que el proyecto asentado en Sitilpech (y demás comunidades indígenas de la zona) con mega granjas de cerdos en territorios sagrados llenos de agua, son ya una práctica muy usual sobre las poblaciones indígenas de México, y representan una amenaza para la salud humana, para el planeta y para los animales.

Organizaciones pro animales se unen en contra de Kekén
Los activistas están pidiendo a las autoridades estatales de Yucatán que tomen medidas para frenar la expansión y el apoyo a estas macrogranjas de cerdos

Pues, se usa indiscriminadamente el agua que es un recurso natural indispensable para la vida humana, ya que para producir un kilo de carne de cerdo, se necesitan 12 mil litros de agua potable. En cifras nacionales, la crianza de cerdos para consumo humano, representa la utilización del 4% de toda el agua potable renovable de nuestro país.

Pero, además de gastar millones de litros de agua potable, estas granjas porcícolas la contaminan. El mal manejo y la falta de tratamiento de las heces y orina de los animales es un importante factor de contaminación del suelo y del agua, y una fuente de enfermedades infecciosas para los humanos.

Los estanques aledaños a las naves porcícolas llenos por la acumulación de excretas que producen gases de efecto invernadero, provenientes de la orina y las heces de los cerdos, son un caldo de cultivo perfecto de enfermedades.