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En sus nueve capítulos, la obra considera experiencias similares con cocodrilos en otros países

Presentan el primer protocolo mundial de rancheo para el cocodrilo de pantano en México

México presentó ante cientos de expertos en cocodrilos de todo el mundo, el “Protocolo de rancheo para el cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletii) en México” como una experiencia mexicana de éxito en el conocimiento, conservación y uso sostenible de especies de fauna.

El documento fue presentado por el Biólogo Hesiquio Benítez Díaz, Director General de Cooperación Internacional e Implementación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) y Vicepresidente Regional del capítulo México ante el Grupo de Especialistas en Cocodrilos (CSG, por sus siglas en inglés).

Lo anterior se llevó a cabo en el marco de la 25ª Reunión Mundial del CSG de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) realizada en el país sudamericano del 7 al 10 de mayo de 2018 bajo el lema: Treinta años después… Un problema se convierte en un medio de subsistencia.

El Protocolo proporciona orientaciones precisas para la extracción de huevos de la especie cocodriliana en el medio silvestre, así como para su incubación, eclosión y desarrollo en cautiverio, maximizando su tasa de supervivencia.

El contenido del Protocolo propone un esquema en el que la extracción es realizada por comunidades locales en áreas registradas como Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs) en vida libre, con un plan de manejo autorizado por la Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y en cumplimiento tanto de la legislación nacional como de las disposiciones de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Posteriormente, las crías se venden a criaderos o granjas (UMAs intensivas) para su crecimiento y obtención de pieles con calidad de exportación, bajo un esquema de reparto justo de beneficios entre los distintos actores de la cadena productiva.

La CONABIO, en su papel de Autoridad Científica CITES de México, coordinó el desarrollo del Protocolo el cual fue coeditado por el Biól. Gabriel Barrios Quiroz, especialista en monitoreo de cocodrilos, y por el Biólogo Juan Carlos Cremieux Grimaldi, especialista en crías en cautividad, en colaboración con alrededor de 50 expertos.

El Biólogo. Barrios actualmente trabaja como investigador en el Centro de Investigación y Experimentación de Alternativas Agroecológicas S.C., mientras el Biólogo Cremieux trabaja como responsable técnico en UMA Punta Del Este, Sociedad de Producción de Bienes o servicios “Cocodrilos Maya” S.C. de R.L. de C.V.

El protocolo complementa el programa de monitoreo para el cocodrilo de pantano en México. Desde 2010, este programa ha demostrado en el país, que las poblaciones silvestres de esta especie son estables, con potencial para su uso sostenible y con beneficios para las comunidades locales que conservan a la especie y su hábitat.

En sus nueve capítulos, la obra considera experiencias similares con cocodrilos en otros países. Asimismo, incluye información sobre su monitoreo y gestión de poblaciones, nidos y hábitats; además, estimación de tasas sostenibles de aprovechamiento, extracción y transporte de huevos, incubación (incluyendo especificaciones sobre infraestructura, equipo y materiales necesarios), y manejo de crías.

La información generada a través del uso del protocolo, en el marco de un proyecto piloto implementado en Chacchoben, Quintana Roo (primera comunidad del país en obtener su registro como UMA extensiva para el aprovechamiento sustentable de huevos de cocodrilo mediante rancheo), es sistematizada en una base de datos diseñada por la CONABIO para seguimiento y análisis.

La publicación del “Protocolo de rancheo para el cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletii) en México” promueve la estandarización de los procedimientos de rancheo de cocodrilos de pantano, la recopilación y sistematización de datos de todo el país, su aprovechamiento legal y sostenible, y la integración de las comunidades locales en la conservación, con obtención de beneficios a través de una cadena de valor justa que puede ser replicable con otras especies y en otras regiones de México.

Disponer de este protocolo permitirá guiar el aprovechamiento de las poblaciones silvestres del cocodrilo de pantano hacia la sostenibilidad.