El pasado 15 de enero se produjo un derrame de petróleo en las costas al norte de la ciudad de Lima, Perú. El desastre ecológico, que tuvo como responsable a una refinería de Repsol, provocó la muerte de varias especies.

Según lo informara el gobierno peruano, tras el desastre y hasta el 4 de marzo se lograron rescatar más de 420 aves, pero 349 de ellas ya se encontraban muertas. El derrame de casi 12.000 barriles de petróleo (1,9 millones de litros) afectó dos áreas naturales de las costas de Ventanillas.

“Más de 420 aves afectadas por el derrame de petróleo en el ámbito de dos áreas naturales protegidas ubicadas en el distrito de Ancón (norte de Lima), han sido recuperadas y rescatadas en las últimas seis semanas“, indicó en un comunicado el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), organismo adscrito al Ministerio del Ambiente.

Del rescate participaron jóvenes voluntarios de distintas universidades de Lima.

En resumen, solo, “se han rescatado 78 aves (vivas), las cuales han sido trasladadas y entregadas al Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) para su atención veterinaria y posterior recuperación” en un zoológico de Lima.

Desastre ecológico

Las principales especies afectadas por el derrame de petróleo fueron aves como piqutereos, guanay y el pingüino de Humbolt que se encuentra en peligro de extinción.

Estas aves se hallaban anidando en la Zona Reservada Ancón y los Islotes Grupo de Pescadores de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras en la costa norte de Lima. Allí se encuentra una de las más importantes colonias de dichas especies.

El derrame afectó unos 50 kilómetros de costa, desde Ventanilla, en el Callao, hasta la ciudad de Chancay, en el norte del departamento de Lima, afectando 11,9 kilómetros cuadrados entre playas y agua.

El buque responsable

Un buque tanque bautizado “Mare Doricum”, que portaba bandera italiana, fue el responsable del desastre.

Mientras se encontraba descargando barriles en la refinería de La Pampilla en Ventanilla, 30 km al norte de Lima, propiedad de Repsol, se produjo el derrame.

La empresa argumentó que el buque comenzó a moverse de manera descontrolada como consecuencia del oleaje causado por la erupción del volcán Tonga.

Según la fiscalía, la mancha negra de crudo fue arrastrada por las corrientes marinas hacia el norte hasta unos 140 km de la refinería, provocando la muerte de una cantidad indeterminada de peces, aves y mamíferos marinos. Dejando además sin trabajo a cientos de pescadores artesanales.

Tareas de limpieza

Repsol informó el sábado 5 de marzo que a la fecha registraba un 89 % de avance en su cronograma de limpieza y acciones de primera repuesta frente al derrame.

Por orden de las autoridades del país, la empresa deberá, luego de retirar por completo el crudo, iniciar un proceso de muestreo.

“Estos muestreos son realizados por laboratorios independientes y acreditados. Los resultados de estos análisis nos darán información fidedigna sobre el estado del agua y del fondo“, explicó el vocero de la compañía, José Reyes.

Además, Repsol deberá entregar según lo acordado con el Gobierno, un anticipo de indemnización a los aproximadamente 5.000 pescadores y comerciantes afectados por el derrame de una suma equivalente a USD 805.

Antecedentes de Repsol en la zona

Hasta el momento, la compañía española ya acumula unos 358.000 dólares en multas coercitivas por haber incumplido tres medidas impuestas por el organismo público encargado de la fiscalización ambiental.

Además, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) inició otros tres procesos administrativos sancionadores contra Repsol, que podrían derivar en tres sanciones más por unos 14,3 millones de dólares.

En paralelo, un juez ordenó el impedimento de salida del país durante 18 meses a cuatro directivos de la petrolera, entre ellos el director ejecutivo de Repsol en Perú, Jaime Fernández Cuesta, como parte de la investigación que se le sigue por el presunto delito de contaminación ambiental.

Ecoportal.net

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