Un análisis realizado por IPAM (Amazon Environmental Research Institute) mostró que el 35% de la deforestación ocurrió en la Amazonía entre agosto de 2018 y julio de 2019 se registró en áreas no designadas y sin información.

«Esto es acaparamiento de tierras», dice el Director Ejecutivo del IPAM, André Guimarées. «Estos bosques son públicos, es decir, es patrimonio de todos los brasileños, que están ilegalmente deteriorados para permanecer en manos de unos pocos».

Si se agrega deforestación en áreas protegidas a la cuenta, el índice alcanza el 44%. Las cifras se basan en Prodes, un sistema oficial de monitoreo de deforestación en la Amazonía, publicado ayer por inpe (Instituto Nacional de Investigación Espacial), y dividido por categoría de tierra por IPAM.

«Grilagem (acaparamiento de tierras)  ha estado en el Amazonas año tras año, con un aumento reciente de tierras no designadas», explica Ane Alencar, directora sénior de ciencias del IPAM. «Necesitamos preservar estos bosques para asegurar que las lluvias continúen alimentando el campo brasileño y la generación de energía. Esto ocurre con una supervisión eficiente y constante, además de la asignación de estas áreas para la conservación.»

Otra categoría de terreno que destaca son los asentamientos. Según el análisis de IPAM, en 2019 se confirma un patrón de deforestación en estas regiones que poco tiene que ver con la producción familiar: de los 283.000 km2 derrocados en esta categoría, 154.000 km2, o el 55% de la zona, se concentran en 57 asentamientos, que representan sólo 6 % de los 917 proyectos que registraron la remoción de árboles entre agosto de 2018 y julio de 2019.