Por : José Luis Carranza https://www.facebook.com/LIC.CARRANZA

Sin lugar a dudas la pandemia ocasionada por el coronavirus conocido como COVID 19, ha tenido tanto consecuencias negativas como positivas en nuestro planeta, definitivamente el gran perdedor ha sido las actividades depredadoras que realiza el ser humano en el planeta a través de múltiples actividades de explotación de los recursos naturales.

El descanso del virus homo sapiens que está teniendo la Pacha mama, se hace evidente con cielos y aguas menos sucias y la tranquilidad y libertad que los otros animales están teniendo para disfrutar de la que también es su casa, muestra de ello es que hoy como hace muchos años en la Ciudad de México se vuelve a oír el canto de las aves, situación que por lo menos desde hace 30 años era imposible en algunas zonas de esta gran urbe.

En otras latitudes del mundo los animales silvestres recuperan zonas que eran vedadas para ellos por la actividad del animal humano, como ejemplo tenemos delfines en Venecia, jabalíes en zonas de España,  venados en Japón, pumas en Chile y que decir en la Ciudad de México donde las aves y ardillas retoman las calles, esto hace patente que la madre Tierra no necesita del animal humano para existir y prosperar, al contrario nos compartamos como una especie de cáncer que carcome la salud del planeta poco a poco.

Esta crisis que está padeciendo el animal humano necesariamente representa un parte aguas entre el antes y el futuro, el ser humano debe ser capaz de reconocer que no somos dueños del planeta y que debemos respetar a todo ser viviente como cohabitante de la tierra.

Por lo que hace a la lucha por los derechos de los animales en México, tristemente nos hemos enterado de la crisis que están enfrentando los lugares que tienen bajo su cuidado animales tanto silvestres como domésticos, haciendo evidente el desinterés de las autoridades para apoyar a los otros animales, ya que no existe ningún plan o proyecto emergente para coadyuvar en la alimentación y atención de los animales no humanos, es más, es tan grave el desinterés que dependencias encargadas del seguimiento de casos de maltrato animal y asuntos relacionados con los mismos, están descansando, sin prestar servicio alguno, dejando a los animales no humanos a merced de actos de crueldad o maltrato animal que quedan impunes.

Es evidente que al parecer muchas autoridades siguen siendo indiferentes a tratar de forma global y sin discriminación las situaciones de crisis como esta, los animales no humanos siempre son olvidados y dejados a su suerte, quedando como letra muerta el mandato constitucional en el caso de la Ciudad de México, que ordena brindar a los animales un trato digno con la obligación jurídica de respetar su vida e integridad, situación que hoy más que nunca es claro que no se está respetando.

En fin, hoy más que nunca es tiempo de que los activistas por los derechos de los animales redoblemos esfuerzos y sigamos siendo la voz de los otros animales.