Este 28 de septiembre se conmemora el Día Mundial contra la Rabia; el 55.87 por ciento del territorio nacional es reconocido como zona libre de la enfermedad y el 44.13 por ciento de zona bajo control
Vacunan contra la rabia a ganado en 26 estados del país
A fin de mantener el estatus sanitario de rabia paralitica en especies ganaderas en las zonas libres y mejorarlo en las zonas de control, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural opera acciones en 26 estados del país, en los cuales hay presencia de murciélagos hematófagos que transmiten la enfermedad a los animales.
En el marco del Día Mundial contra la Rabia, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) informó que las medidas de la Campaña Nacional para la prevención y control de la rabia en bovinos y especies ganaderas han seguido en operación durante la contingencia sanitaria por COVID-19.
De enero a junio de 2020, en atención a los focos y como prevención a los predios colindantes, los médicos veterinarios aplicaron 871 mil vacunas antirrábicas, 37 por ciento más que en el mismo periodo de 2019.
La vigilancia epidemiológica para el control de la rabia paralitica incluyó 865 operativos de captura para el control de población de murciélago hematófago, el cual transmite la enfermedad cuando se alimenta del ganado.
Durante el primer semestre del año, la Dirección General de Salud Animal del Senasica recibió 240 notificaciones por sospecha de la enfermedad, a través de las cuales fueron confirmados 156 casos mediante la prueba Inmunofluorescencia Directa (IFD), que realizan los laboratorios oficiales y autorizados por la Secretaría de Agricultura.
El 95 por ciento de los animales infectados fueron reses, el resto correspondió a otras especies como, equinos, ovinos, asnos, tejones y zorrillos.
El Senasica promueve y difunde información alusiva a la rabia paralítica y la forma de prevenirla, la cual está dirigida a productores, técnicos pecuarios, médicos veterinarios, profesionales de los servicios de salud en los estados afectados y público en general, por ser una enfermedad de reporte obligatorio ante las autoridades sanitarias.
Durante este periodo, el Gobierno de México impartió 279 cursos de capacitación, con la asistencia de más de cuatro mil 200 productores.
La aplicación de medidas zoosanitarias de prevención y control en los predios afectados y aledaños permite evitar pérdidas anuales de hasta dos mil millones de pesos.
Las acciones emprendidas por productores, médicos veterinarios y técnicos del Senasica han permitido que 55.87 por ciento del territorio nacional sea reconocido como zona libre de la enfermedad y el 44.13 restante como zona bajo control.
En 2014, en el marco de su 82ª Asamblea Mundial de Delegados, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, por sus siglas en francés) designó al Centro Nacional de Servicios de Diagnóstico en Salud Animal (Cenasa) del Senasica como Centro de Referencia en Rabia.
Con esta designación, el Cenasa se consolidó como laboratorio reconocido a nivel internacional en el diagnóstico, la constatación de vacunas y el asesoramiento para vigilancia y combate contra la rabia, lo que coloca a México a la par de naciones como Estados Unidos, Canadá, China, Francia, Alemania, Corea, Sudáfrica y Reino Unido, que también cuentan con infraestructura de primer nivel para el control de esta enfermedad.
Desde 2007 se celebra cada año el Día Mundial contra la Rabia para incrementar la conciencia social sobre la importancia de prevenir esta enfermedad y destacar los progresos logrados en la lucha contra ella en el mundo.
La rabia es una enfermedad de origen viral, progresiva y mortal, que afecta el sistema nervioso central de los mamíferos, incluido el ser humano y las especies ganaderas como bovinos, equinos, ovinos, caprinos y porcinos.
Los animales infectados se muestran inusualmente alerta e inquietos, reaccionan de forma súbita a los estímulos del lugar donde se encuentran, se alejan del rebaño y muestran incoordinación de las extremidades.
Al progresar, la enfermedad provoca parálisis aún más pronunciada, dificultad para caminar, tragar y respirar, entre otros signos.
La muerte tiene lugar en el lapso de entre dos a seis días, posteriores del inicio de la enfermedad, debido a insuficiencia respiratoria y cardíaca, lo cual provoca importantes pérdidas para la economía de los ganaderos.