Cada 8 de marzo, el mundo conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha para reconocer la lucha histórica por la igualdad de derechos. Pero en México, hay un grupo de mujeres cuya batalla pasa desapercibida: aquellas que dedican su vida a la protección de los animales. En un país donde el maltrato animal es una epidemia silenciosa, las mujeres rescatistas, cuidadoras y activistas enfrentan condiciones adversas, muchas veces sin apoyo gubernamental ni social, librando una batalla desigual contra la indiferencia y la crueldad.

Las cifras reflejan la magnitud del problema. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), México es el tercer país en América Latina con mayor maltrato animal, y se estima que más del 70% de los perros y gatos viven en situación de calle, víctimas del abandono, el abuso y la explotación. Mientras tanto, el tráfico ilegal de especies silvestres sigue siendo una industria lucrativa, que coloca a México entre los principales países de tránsito y destino de esta actividad delictiva. Frente a este panorama desolador, las mujeres protectoras de animales se convierten en la última esperanza para miles de seres vivos.

Sin embargo, su labor se ve obstaculizada por la falta de políticas públicas efectivas. Los refugios y albergues dependen mayoritariamente de donaciones y del sacrificio personal de sus fundadoras, quienes muchas veces destinan sus propios recursos para alimentar, esterilizar y brindar atención médica a los animales rescatados. Además, la indiferencia social agrava su situación: el abandono y la crueldad siguen siendo prácticas normalizadas en muchos sectores, y los casos denunciados rara vez reciben una respuesta contundente por parte de las autoridades.

El papel de estas mujeres es invaluable. No solo rescatan y rehabilitan, sino que también educan, promueven la adopción responsable y luchan por marcos legales que castiguen el maltrato y fomenten la protección animal. Sin embargo, su esfuerzo no debería recaer exclusivamente en ellas. Es necesario que la sociedad y las instituciones se comprometan con esta causa, exigiendo leyes más severas, impulsando programas de concienciación y fomentando la esterilización como una medida clave para reducir la sobrepoblación animal.

En este Día de la Mujer, no basta con celebrar la valentía y entrega de estas heroínas anónimas. Es imperativo reconocer su lucha y sumarnos a ella, exigiendo acciones concretas que garanticen un futuro más justo para todos los seres vivos. Porque la protección animal no es solo un acto de compasión, sino una responsabilidad ética que nos concierne como sociedad.

Es por lo anterior que Prensa Animal rinde un homenaje a todas las mujeres que orgullosamente se dedican a esta noble labor aunado a todos sus quehaceres diarios, y que se dan tiempo para salvar a los animales. Este homenaje consiste en publicar su opinión, sus retos y logros en el México actual, en un video que estará pasando a lo largo del día en nuestras redes sociales. Algunas de ellas son integrantes de la Alianza un Millón de Esperanzas, una agrupación que reúne a muchas de ellas que están en distintos estados de la República.

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