Menu

La ley de economía circular será votada el martes 10 de diciembre, según un cambio de último momento en el turno de las comisiones para dictaminación en el Senado

Prepara Senado madruguete, no legislará sobre plásticos: Greenpeace

Este martes 10, el Senado de la República intentará aprobar al vapor la iniciativa de Ley General de Economía Circular (LGEC), que obstaculiza la aprobación de una regulación efectiva para contener la contaminación por plásticos, al crear dispersión normativa en la regulación de la gestión de residuos sólidos y de otros asuntos ambientales y que abre el camino para el desarrollo de prácticas como la termovalorización de los desechos plásticos, misma que Greenpeace ha rechazado por los altos riesgos que implica para las comunidades locales y al medio ambiente, queriendo hacer parecer que ésta es una forma limpia y renovable de obtener energía.

Se empalma con aspectos de la ley de residuos sólidos, generando dispersión normativa

El jueves pasado, la Mesa Directiva del Senado autorizó un cambio de turno que permitió a la Comisión de Medio Ambiente sustituir a la Comisión de Economía en el proceso de dictaminación de la LGEC, para lo que la primera comisión convocó a reunión de comisiones unidas y formuló el proyecto de dictamen correspondiente en menos de 24 horas.

La alteración del orden de trabajo sin cumplir con requerimientos mínimos del proceso legislativo evidencia la intención de dar un albazo mediante el uso faccioso de la Mesa Directiva del Senado para rectificar el turno a conveniencia, con el fin de aprobar la iniciativa de una nueva ley sin el análisis necesario.

La rectificación del turno entre comisiones ocurrió el mismo día en que los senadores Jorge Carlos Ramírez Marín (PRI) y Ricardo Monreal (Morena), junto con representantes de la industria de los plásticos, anunciaron el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía de los Plásticos, que las organizaciones Greenpeace, Oceana y la Alianza México sin Plástico rechazaron por precipitado, por ser un traje a la medida de los intereses empresariales y por ignorar casi un año de trabajo con distintos actores bajo el formato de parlamento abierto.

“Estamos presenciando un madruguete legislativo que resulta una burla para todas las voces académicas, científicas y activistas que trabajamos en reuniones, talleres y foros de parlamento abierto contra la contaminación plástica a través de la propuesta de modificaciones a la LGPGIR. A pesar de que la LGEC reconoce los verdaderos principios de la economía circular, presenta algunas trampas con las que se debe tener cuidado, como la exención de productos y materiales usados en el área de alimentos y bebidas de las disposiciones relativas a la economía circular como la priorización de la reutilización o el reciclaje, dejando la problemática de los plásticos de un solo uso sin alteraciones significativas”, explicó Miguel Rivas, líder de la campaña Océanos sin Plásticos de Greenpeace.

Autoriza la termovalorización de residuos, incluyendo los plásticos, abriendo el camino para su incineración y yendo en contra de la circularidad que propone

“Así, el agravio más grande de este albazo es contra todos los mexicanos, pues esta ley no contribuirá a la atención de las causas de la contaminación plástica que sufre nuestro planeta, manteniendo las afectaciones a la salud, al medio ambiente y agravando la crisis climática y de pérdida de biodiversidad que vive la humanidad, sólo porque a la Cámara de Senadores le faltó determinación para cumplir su papel regulador al evitar introducir restricciones a la producción de plásticos de un solo, por doblegarse ante los intereses de esta industria”, añadió Rivas.

La iniciativa de Ley General de Economía Circular, presentada hace menos de un mes en el Senado por el Sen. Ricardo Monreal, descarrila los avances que se han logrado en la legislación contra la contaminación plástica en tanto que, al tratarse de una nueva ley, se empalma con determinaciones en torno a ciertos residuos y materiales (el plástico entre ellos) regulados por la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Recursos (LGPGIR), así como con medidas ambientales reguladas por la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA), propiciando la dispersión normativa de las reglas del sistema jurídico mexicano en materia ambiental.

Es decir, genera un río revuelto de regulaciones en donde los pescadores que ganarán serán previsiblemente los productores de plástico, que se pueden amparar en la confusión y en la legislación más débil.

Por lo precipitado de su dictaminación, la iniciativa de LGEC carece de mecanismos participativos de consulta que permitan su análisis y debate responsable.

Además, al haber sido presentada sólo en el Senado, no cuenta con el aval de todas las fuerzas políticas del Congreso de la Unión, lo que sí ocurre con los trabajos acumulados para atender la contaminación por plásticos, que resumen 13 iniciativas del Senado y 16 de la Cámara de Diputados.

“La iniciativa de LCEC debe  ser analizada y debatida con mayor detenimiento a través de un parlamento abierto como el convocado en el tema de los plásticos, de manera paralela pero complementaria al proceso ya avanzado para regular los plásticos y valorando la pertinencia de reformar la LGPGIR en lugar de lanzar una ley completamente nueva y redundante”, indicó Ornela Garelli, coordinadora de la campaña Océanos sin Plásticos de Greenpeace.

La iniciativa de Ley General de Economía Circular, presentada hace menos de un mes en el Senado por el Sen. Ricardo Monreal, descarrila los avances que se han logrado en la legislación contra la contaminación plástica

Insistimos en alertar que la iniciativa de LGEC autoriza la termovalorización de residuos, incluidos los desechos plásticos, abriendo la posibilidad de su incineración para la generación de energía, lo cual se mantiene como una “solución” lineal, y no acorde con los principios de la economía circular que la ley pregona, además de incentivar una mayor producción de plásticos y la generación de mayores residuos sin atender las causas que han llevado a la crisis por contaminación plástica que vivimos en la actualidad. 

De esta forma, tanto la LGEC como el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía de los Plásticos no sólo ignoran sino que también socavan el trabajo que diversas organizaciones de la sociedad civil y otros actores han realizado en los últimos meses, incluido el ejercicio de parlamento abierto, para lograr una regulación de los plásticos de un solo uso, a través de modificaciones a la LGPGIR, que atienda la contaminación por este tipo de residuos desde el origen, es decir, desde la producción misma de plásticos y la apuesta por su ingreso en una verdadera economía circular que privilegie el rediseño de productos y la reutilización, antes de su valorización térmica.