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Álvarez era director de la Unidad de Manejo para el Aprovechamiento y Conservación de la Vida Silvestre del mono saraguato

Proyecto Gran Simio exige el esclarecimiento del asesinato del activista ambiental José Luis Álvarez, de 64 años

Después de que se anunciara que el  activista ambiental dedicado a la conservación de primates fuera  asesinado a tiros en el sureste de México, activistas por la protección de los animales, como la organización Proyecto Gran Simio, se sumó  a las condolencias para su familia, y exigieron el esclarecimiento de su asesinato y  la protección para su familia y de sus  compañeros ambientalistas.

En un mensaje en su sitio de Instagram, dicha organización lamentó este asesinato y recordó que los monos saraguatos están gravemente amenazados, por lo que “esta injusta pérdida implica también un recrudecimiento de la amenaza para estos animales, a los que José Luis protegía con su vida”

Las autoridades del estado de Villahermosa informaron que José Luis Álvarez, de 64 años, fue ultimado con cinco disparos, uno de ellos en el rostro, cerca del municipio de Palenque, en la zona limítrofe entre Tabasco y el vecino estado de Chiapas, una región conocida por su patrimonio histórico y natural, según fuentes policiales.

Su cadáver fue encontrado en territorio chiapaneco, sobre la carretera que une Palenque con la localidad de Emiliano Zapata, detalló Francisco Ricardez, director de seguridad pública local.

Los asesinos dejaron un mensaje a lado del cuerpo del activista en el que lanzan amenazas contra sus familiares, añadió Ricardez.

Álvarez era director de la Unidad de Manejo para el Aprovechamiento y Conservación de la Vida Silvestre del mono saraguato, la primera dedicada a evitar la depredación de esta especie, cuya presencia está disminuyendo en el sureste de México, según autoridades ambientales.

Recientemente había denunciado el saqueo ilícito de arena del río Usumacinta, que atraviesa los estados de Tabasco y Chiapas.

Pese a la escalada de violencia criminal que golpea a México, los ataques a defensores de la vida silvestre son relativamente inusuales en el país.

Además, la región sureste muestra menores niveles de violencia que aquellas que son ruta de acceso y tráfico de los sanguinarios cárteles del narcotráfico.