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Los investigadores creen que la enfermedad pasó del murciélago a este mamífero, y de él a los humanos, que lo consumen como un manjar

Chinos, echan culpa al Pangolín de transmisión de coronavirus

Investigadores de la Universidad Agrícola del Sur de China han identificado a los pangolines como el huésped intermedio más probable del nuevo coronavirus (2019-nCoV). Así, hipotetizan que el virus se originó en murciélagos y, posteriormente, pasó a estos animales.

Las autoridades decretaron a finales de enero la suspensión del comercio de animales salvajes tras considerar que el origen del brote se encuentra en la mutación de un virus procedente de uno de los ejemplares -el pangolín, según los últimos estudios

El equipo analizó más de 1.000 muestras de metagenoma de animales salvajes, en los que la detección biológica molecular reveló que la tasa positiva del virus en los pangolines era del 70 por ciento. Los investigadores aislaron aún más el virus y observaron su estructura con un microscopio electrónico. Descubrieron que la secuencia del genoma de esta cepa era un 99 por ciento idéntica a la de las personas infectadas.

Shen Yongyi, miembro del equipo de investigación, ha explicado que investigaciones anteriores habían encontrado que el nuevo coronavirus se originaba en murciélagos, pero, como la propagación se produjo en invierno, era poco probable que las personas se hubieran infectado directamente por murciélagos, que estaban hibernando. «Así que nuestra tarea es encontrar el huésped intermedio que ‘tiende un puente’ entre los murciélagos y las personas», ha comentado.

El investigador argumenta que normalmente hay múltiples huéspedes intermedios, y que los pangolines pueden ser solo uno de ellos. «Por un lado, esperamos que este resultado advierta a la gente de que se mantenga alejada de los animales salvajes. Por otro lado, nos gustaría compartirlo con los investigadores con la esperanza de hacer esfuerzos conjuntos para encontrar otros posibles huéspedes intermedios para promover la prevención y el control de la epidemia», ha concluido.

CONSUMO DE ANIMALES SALVAJES

¿Sopa de murciélago? ¿Cobra a la plancha? ¿Licor de hueso de tigre? Muchos chinos creen todavía en los supuestos aportes nutritivos de estas exóticas especies, cuya venta ha sido temporalmente prohibida en el país asiático tras la crisis del coronavirus. Pero cada vez son más las voces en China que piden que este veto sea definitivo.

Las autoridades decretaron a finales de enero la suspensión del comercio de animales salvajes tras considerar que el origen del brote se encuentra en la mutación de un virus procedente de uno de los ejemplares -el pangolín, según los últimos estudios- que se vendían en un mercado de marisco de Wuhan, en el centro del país.

Allí, además de pescado, se traficaba de manera ilegal con carne de rata, pavos reales, liebres recién sacrificadas y hasta cocodrilos, atestiguan fotografías compartidas en las redes sociales chinas. Hasta que cese la epidemia, la directiva del Gobierno prohíbe cualquier forma de venta de animales silvestres en mercados, supermercados, restaurantes y comercios electrónicos, y ordena la puesta en cuarentena de sus criaderos.

Pero esto no es suficiente: científicos, medios de comunicación, asociaciones civiles y particulares chinos han alzado su voz para pedir regulaciones permanentes, específicas, así como información más transparente para los consumidores y campañas de concienciación que frenen su comercio y consumo.

A sus ojos, se trata de una práctica nociva que, además de problemas sanitarios, crea un ingente mercado negro. «Según la ley china, el comercio de algunos animales salvajes está vetado desde hace décadas, pero no hay regulaciones específicas al respecto. Hay muchas lagunas legales y muchos acaban lucrándose sin haber infringido la ley», comenta a Efe Cathy Cao, investigadora de la oenegé Informe de Desarrollo de China.

 CONSUMO DE ANIMALES SALVAJES

¿Sopa de murciélago? ¿Cobra a la plancha? ¿Licor de hueso de tigre? Muchos chinos creen todavía en los supuestos aportes nutritivos de estas exóticas especies, cuya venta ha sido temporalmente prohibida en el país asiático tras la crisis del coronavirus. Pero cada vez son más las voces en China que piden que este veto sea definitivo.

Las autoridades decretaron a finales de enero la suspensión del comercio de animales salvajes tras considerar que el origen del brote se encuentra en la mutación de un virus procedente de uno de los ejemplares -el pangolín, según los últimos estudios- que se vendían en un mercado de marisco de Wuhan, en el centro del país.

Allí, además de pescado, se traficaba de manera ilegal con carne de rata, pavos reales, liebres recién sacrificadas y hasta cocodrilos, atestiguan fotografías compartidas en las redes sociales chinas. Hasta que cese la epidemia, la directiva del Gobierno prohíbe cualquier forma de venta de animales silvestres en mercados, supermercados, restaurantes y comercios electrónicos, y ordena la puesta en cuarentena de sus criaderos.

Pero esto no es suficiente: científicos, medios de comunicación, asociaciones civiles y particulares chinos han alzado su voz para pedir regulaciones permanentes, específicas, así como información más transparente para los consumidores y campañas de concienciación que frenen su comercio y consumo.

A sus ojos, se trata de una práctica nociva que, además de problemas sanitarios, crea un ingente mercado negro. «Según la ley china, el comercio de algunos animales salvajes está vetado desde hace décadas, pero no hay regulaciones específicas al respecto. Hay muchas lagunas legales y muchos acaban lucrándose sin haber infringido la ley», comenta a Efe Cathy Cao, investigadora de la oenegé Informe de Desarrollo de China.

Con información de https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2020/02/07/coronavirus-culpa-pangolin/00031581087104921296181.htm