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En la presente administración se ha incrementado la renta de tierras para el campo no hay señales alentadoras de voluntad política

No al despojo de tierras por compañías extranjeras

La lucha de Emiliano Zapata sigue latente, se trabaja para recuperar a la nación, pues en lo que respecta al campo se han multiplicado los despojos de tierras a ejidatarios del país por parte de empresas extranjeras, manifestó Rafael García del Horno, secretario de Finanzas de la Fundación Mejoremos al Campo.

No al despojo de tierras por compañías extranjeras
Para el campo no hay señales alentadoras de voluntad política

En el marco del 102 aniversario del asesinato del héroe revolucionario, se refirió también a que por la sequía y la falta de apoyos a los productores en la presente administración se haya incrementado la renta de las tierras en el norte del país, situación que provoca que los campesinos no se arraiguen en sus lugares de origen.

García del Horno consideró, que el postulado de Zapata sigue vigente porque hay que continuar con la lucha para defender el derecho de los campesinos a resguardar sus tierras, que ahora se encuentran amenazadas por compañías mineras trasnacionales que a toda costa pretenden apoderarse de los recursos naturales de México, de desarrollos turísticos y de fraccionadores habitacionales

En este sentido, dijo, tenemos la gran tarea de potenciar el desarrollo rural en un clima de paz, certeza jurídica y armonía con el medio ambiente.

Porque, recordó el dirigente campesino, se repartió la tierra más no la justicia, ya que en muchas ocasiones donde se siembra para la producción de alimentos la parcela termina convertida en fraccionamientos que enriquecen a otros menos a sus auténticos dueños, los ejidatarios.

García del Horno pidió a los campesinos que no vendan ni renten sus tierras y, en todo caso, reconoció la importancia de crear inmobiliarias campesinas y frenar el crecimiento de la mancha urbana.

Destacó que, ahora en el campo no hay señales alentadoras de voluntad política para transformar el agrarismo mexicano, no sólo combatiendo la pobreza, sino para convertir las parcelas en espacios productivos con acceso al financiamiento, insumos, asistencia técnica y nuevos mercados.

Mencionó cinco prioridades para el desarrollo del agro mexicano: seguridad alimentaria; justicia con el campo con seguridad social; un campo productivo que invierta en tecnología; un campo rentable y un campo sustentable.