En la costa Atlántica de Francia, la muerte violenta de delfines no se detiene. Desde principios de año se estima que ya han muerto de forma accidental en redes de pesca o por acciones violentas voluntarias de grupos de pescadores sin escrúpulos unos 600 delfines, según datos de la delegación francesa de la organización internacional de defensa de la vida marina Sea Shepherd.

Francia es “el país en que se matan más delfines en Europa y uno de los peores países del mundo”.

La organización Whale and Dolphin Conservation advierte que la situación es grave, y con trágicas cifras mayores que las de años pasados en la costa francesa.

La muerte accidental de delfines en zonas de pesca es una constante, pero en la costa de Francia se suma crueldad intencional. Algunos grupos de pescadores no sólo no respetan los controles oficiales para evitar las muertes accidentales, sino que además están asesinando a los delfines por ser competidores por las capturas de pescado.

“Es una carnicería” que daña especies protegidas en Francia y el conjunto de la comunidad Europea, provocada en nombre de una actividad económica que tercamente niega sus responsabilidades y que rechaza la transparencia al oponerse categóricamente a las cámaras en las cubiertas de los barcos.

Los pescadores no se hacen responsables, continúan arrojándose la pelota unos a otros y los comités de Pesca rechazan categóricamente las cámaras en las cubiertas de los barcos, la única forma confiable de ver con claridad.

Para superar esta falta de transparencia, Sea Shepherd lanzó desde 2018 la Operación Captura incidental de delfines, cuyo objetivo es documentar las capturas para permitir la identificación de pesquerías responsables y la implementación de medidas de emergencia para salvar a la población de delfines antes que sea tarde.

La mera presencia de Sea Shepherd en el mar en las zonas de pesca está causando una tensión creciente entre algunos pescadores. Las amenazas, los insultos, la intimidación, incluso la lapidación, son situaciones con las que la ONG tiene que lidiar.

El caso más concreto ha sido la aparición del cuerpo mutilado de un delfín en cuyo lomo habrían grabado con un cuchillo una frase grosera y amenazante ( «Sea Shepherd Fuck» ) contra Sea Shepherd, según ha denunciado el propio grupo de defensa de la vida marina en su página en internet.

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