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La política actual está pulverizada, el eje debe ser la emergencia climática Ciudad de México, 11 de noviembre de 2020

Proponen estrategia para enfrentar crisis del agua

Ante la crisis de gestión del agua y la emergencia climática, un grupo de organizaciones civiles, sociales, de jóvenes y académicas presentaron una propuesta con 10 ejes estratégicos para construir un Programa General de Manejo Socioambiental de Cuenca a través de procesos participativos que aseguren la articulación entre instancias de gobierno y tenga continuidad a pesar de cambios de gobierno.

Proponen estrategia para enfrentar crisis del agua
El bombeo del agua para la Ciudad de México tiene un altísimo costo energético: tan solo el sistema Cutzamala, que provee el 24% del consumo de agua de la ciudad, requiere tanta energía eléctrica como la que usa la ciudad de Puebla

Las organizaciones buscan la atención de la emergencia climática con un enfoque de derechos humanos y perspectiva de género, bajo los principios de justicia, restauración ecológica y gestión integral del agua en la Ciudad de México.

Frente la inminente presentación del Programa y Estrategia de Cambio Climático del Gobierno de la Ciudad de México, las organizaciones enfatizaron que estos documentos deben reflejar el nivel de la emergencia climática que estamos atravesando.

De mantenerse las emisiones actuales y sin cambios de fondo en el transcurso de esta década, el incremento de la temperatura promedio en la capital del país podría alcanzar los 2.25 o incluso 3°C para 2050. La ciencia señala que los patrones de lluvia cambiarán y la Ciudad sufrirá el aumento en intensidad y frecuencia de eventos meteorológicos extremos como inundaciones o sequías.

Actualmente, la ausencia de una visión que ponga el foco en la crisis climática hace que la gestión del agua contribuya al aumento de gases de efecto invernadero (GEI) a través del bombeo del agua con energía proveniente de combustibles fósiles, el abastecimiento con pipas y las emisiones de metano de las aguas residuales.

 El bombeo del agua para la Ciudad de México tiene un altísimo costo energético: tan solo el sistema Cutzamala, que provee el 24% del consumo de agua de la ciudad, requiere tanta energía eléctrica como la que usa la ciudad de Puebla.

Si bien reconocemos que en los últimos dos años, el gobierno de la Ciudad de México ha dirigido esfuerzos para mejorar la gestión del agua e incluir la acción climática en su programa de gobierno, vemos contradicciones en la materia que nos hablan de una agenda pulverizada, desarticulada.

Las organizaciones destacaron que es preocupante que en lugar de mantener y restaurar ecosistemas, particularmente humedales, se esté impulsando la construcción de puentes vehiculares y segundos pisos que promueven el uso de autos privados y la extensión del espacio gris construido sobre áreas verdes, así como la opacidad en la información y la corrupción en el manejo del agua en el sector inmobiliario.

 “Es indispensable que los proyectos incluyan la participación activa de la población de los barrios con menor acceso al agua y especialmente de las mujeres”, afirmó Jaqueline Valdez de la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ).

 “Nuestra contribución para alcanzar una gestión sostenible y potencialmente regenerativa de la cuenca del Valle de México en un futuro cercano es proponer la elaboración de un Programa General de Manejo Socioambiental de Cuenca bajo el enfoque de derechos humanos y perspectiva de género, estructurado en ejes estratégicos para el desarrollo e implementación de proyectos que ponemos a consideración de las autoridades capitalinas”, afirmó Jimena Silva de Movimiento de Jóvenes por el Agua (MOJA AC). Los ejes estratégicos propuestos por las organizaciones son:

1. Educación socioambiental permanente con perspectiva crítica situada en esta cuenca y vinculada al entendimiento profundo del sistema hídrico, climático, social y político en el que vivimos.

2. Cosecha y gestión de la lluvia, promoviendo el abastecimiento de agua en viviendas en zonas de mayor precariedad hídrica, y la retención local del agua, la infiltración y recarga de acuíferos en el espacio urbano.

3. Conservación y protección de suelos de infiltración, así como inyección al acuífero en áreas adecuadas.

 4. Disminución en el consumo y ahorro de agua (vivienda e industria).

5. Reúso y tratamiento de agua (sistema descentralizado y distribuido, descarga cero a nivel metropolitano, normatividad de plantas de tratamiento y descargas privadas).

 6. Reparación de la red de abastecimiento de agua y de drenaje.

 7. Regeneración y conservación de ecosistemas (bosque de agua, cañadas, barrancas, manantiales, humedales, ríos urbanos y cuerpos de agua entre otros).

8. Participación ciudadana y comunitaria significativa en el ordenamiento territorial y planes hídricos desde el inicio del proceso para garantizar la seguridad hídrica.

 9. Gestión de riesgos hídricos y climáticos con indicadores y monitoreo de avance progresivo en la Ciudad y todas las alcaldías.

10. Definición de microcuencas de atención prioritaria conforme a criterios de justicia social, derechos humanos y vulnerabilidad socioambiental. Como organizaciones diversas que trabajamos el agua y el clima en la ciudad, buscamos impulsar una visión de largo plazo que evite que cada administración empiece de cero, con la hoja en blanco.

Además, nos preocupa que el gobierno actual presente planes ambiciosos al tiempo que continúa o permite proyectos contrarios a la visión de regeneración de cuenca que hemos delineado, señaló Claudia Campero de Greenpeace.

Es necesario entender que, si bien la mala gestión del agua aumenta riesgos y vulnerabilidad social, una buena gestión de este recurso podría ser nuestra mejor aliada para la mitigación y adaptación al cambio climático a nivel local, indicó José Miguel Olvera de Contaminantes Anonymous.

Las organizaciones buscan que esta agenda sea un llamado a todas las partes involucradas para un mayor compromiso del gobierno local que potencie el impacto colectivo. La visión de restauración de la cuenca es incompatible con proyectos que la ponen en riesgo, como el puente vehicular en el humedal de Xochimilco.