La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, a través de la Dirección General del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental (DGSANPAVA), en colaboración con organizaciones civiles y empresas, llevó a cabo este sábado la última jornada  de limpieza del año en el Bosque y Barranca de Tarango, donde se recolectaron 7 toneladas de residuos.

La doctora Marina Robles García, titular de la Secretaría del Medio Ambiente capitalina, aseguró que la única oportunidad para abrirle futuro a esta ciudad y al planeta es con un trabajo coordinado entre sociedad y gobierno.

«No basta con que una autoridad defina cierto tipo de cosas si una sociedad no está convencida de que es hacia allá donde tenemos que ir y este tipo de eventos que hemos estado haciendo a lo largo del año con muchos grupos, con muchos vecinos y vecinas es una muestra de que esta ciudad está dispuesta a cambiar, es muy estimulante tener ese acompañamiento, esta disposición, este interés por hacer cosas juntos», precisó.

Con el apoyo de voluntarios de empresas como Nestlé, Dell, Cíclica y asociaciones civiles como Ecoce, Estudio Abierto, Ectagono, Colibri, Ríos Tarango y AJUVES, además de personal de la Secretaría de Obras, la alcaldía Álvaro Obregón y la Dirección General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental, la doctora Marina Robles insistió en la necesidad de abrile futuro a una sociedad más sustentable.

Desde marzo de este año, esta Secretaría ha coordinado las diferentes jornadas de limpieza que forman parte del Plan de Acción Sectorial para el manejo del Área de Valor Ambiental con categoría de barranca, el cual  está planeado en tres etapas y una duración de tres años de rehabilitación ambiental: un año de arquitectura del paisaje y mejoramiento de suelo y dos años de reforestación.

Vecinos y organizaciones que participaron en esta jornada de limpieza llamaron a la sociedad en general a trabajar por la tierra.

«Lo que vamos a ver ahorita en Tarango es un Área de Valor Ambiental de 188 hectáreas, el último pulmón que nos queda en la zona poniente de la ciudad que lleva muchos años en lucha de que quieren hacer edificios y ahorita que van a la zona extrema van a ver dónde termina nuestra basura y ese es el objetivo, cada que compres algo pienses dos veces en dónde va a terminar ese desechable, ese unicel, porque la solución está entre nosotros», comentó Víctor Manuel Figueroa, de Cíclica.

En su oportunidad, Eduardo Valencia, de Ríos Tarango, señaló que la contaminación con residuos sólidos urbanos en sus laderas impacta no sólo en el ecosistema y en los servicios que presta sino que tiene efectos en el día a día de las personas que habitan en la comarca de Tarango.