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Hay que cambiar los modos de trabajar y de consumir y los periodistas también tienen que participar en ello

Corremos el riesgo de entrar en un confinamiento crónico

Orlando Torricelli

En su último libro, La fabrique des pandémies (La fábrica de pandemias), publicado por la editorial La Découverte, la periodista francesa Marie-Monique Robin recoge conversaciones con 62 científicos de todo el mundo cuyas conclusiones son categóricas: la pandemia actual es solo la parte visible de un fenómeno global provocado en buena medida por la actividad humana.

Corremos el riesgo de entrar en un confinamiento crónico
La historia comenzó en la isla de Borneo donde quemaban la selva primaria para cultivar palma de aceite y los murciélagos tuvieron que marcharse porque habían destruido su hábitat

Robin es una periodista comprometida y su trabajo ha sido reconocido con numerosos premios: el Albert Londres 1995 por “Voleurs d’yeux” (1994), un documental sobre el tráfico de órganos en America Latina; premio al mejor documental político del Senado francés por ‘Escadrons de la mort, l’école française (2003), un trabajo sobre la transferencia francesa de técnicas de contra-insurgencia (incluida la tortura) a Argentina; y el Premio Rachel Carson por ‘Le monde selon Monsanto’ (2008), su película sobre los efectos en el medio ambiente de los productos del gigante de los transgénicos. La fábrica de pandemias fue publicado a comienzos de este año mientras su autora prepara un nuevo documental basado en ese libro.

RFI: ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

Marie Monique Robin: Investigando sobre la relación entre la pérdida de biodiversidad y la pandemia, encontré un artículo en The New York Times de David Quammen’s titulado « La pandemia la hicimos nosotros ». Contacté a Serge Morand -biólogo y ecólogo- que conocía mi trabajo sobre Monsanto y me dijo: –Sería fantástico que una realizadora como tú haga un documental con todos los científicos como yo, que llevamos casi veinte años diciendo que hay que dejar de destruir la diversidad porque si no lo hacemos, corremos el riesgo de entrar en un confinamiento crónico.

Fue así que decidimos trabajar juntos – el está asociado a este libro- contacté 62 científicos de los cinco continentes y me dí cuenta de que había gran cantidad de estudios, publicados en revistas prestigiosas como « Nature » o « The Lancet » que decían lo mismo: la principal causa de la pandemia que estamos viviendo, o las que ya tuvimos, como Ébola, incluido el Sida, Zika, Chicunguña, SARS etc. y las que van a llegar, es la deforestación; lo han demostrado con experiencias de laboratorio y modelizaciones. Hay mecanismos que explican, cómo la biodiversidad protege contra la emergencia de nuevas enfermedades infecciosas.

RFI: ¿Es decir que a los científicos no les sorprendió la aparición de esta pandemia?

MMR: Ellos dicen que se sabía que llegaría una pandemia mundial, también dicen que si no tomamos medidas para acabar con las causas – todas ecológicas y provocadas por la actividad humana- vamos a tener una epidemia de pandemias. La mayor parte de las entrevistas las hice entre marzo y julio del año pasado y todos estaban muy deprimidos por lo que estaba pasando porque sabían que iba a ocurrir, y también muy tristes de ver que seguimos en la misma dirección. Conseguir una vacuna por supuesto que es tan legítimo como los tratamientos, pero si nos limitamos a eso y no tomamos medidas para prever y detener las próximas pandemias, ellas pueden ser mucho mas letales que la Covid 19. Ellos recuerdan que solo mata a menos de 1% de las personas contaminadas -siempre es demasiado por supuesto- comparada con el Ébola, otro virus aparecido en 1976 en África también ligado a la deforestación, que mata entre el 60 y el 80% de las personas contaminadas.

RFI: Comúnmente se dice que son nuevos virus, pero en realidad existen prácticamente desde siempre, solo que en reservorios determinados, una suerte de cohabitación que rompe la actividad humana generando las zoonosis.

MMR: Es eso, hay un ejemplo que lo explica muy bien es la historia del virus Nipah que apareció en Malasia en 1997 y que proviene de los murciélagos. La historia comenzó en la isla de Borneo donde quemaban la selva primaria para cultivar palma de aceite y los murciélagos tuvieron que marcharse porque habían destruido su habitat. Son los únicos mamíferos que vuelan, han desarrollado un sistema inmunitario muy eficaz y llevan infinidad de patógenos que para el hombre pueden ser muy peligrosos. Cuando la selva no ha sido destruida se quedan allí y no molestan a nadie, pero cuando destruyen su habitat sienten estrés -los científicos lo han estudiado- y comienzan a orinar y defecar. Fue lo que ocurrió en Malasia, los murciélagos se fueron hacia la costa para comerse los mangos de las plantaciones, donde también habían granjas industriales de cerdos que se contaminaron con el virus y también los humanos con el virus Nipah, que es el nombre de la localidad donde  ocurrió. Es lo que está sucediendo con muchos « nuevos virus », los animales portadores de estos patógenos se ven obligados a desplazarse, acercándose a las fincas industriales y zonas donde viven los humanos. También la globalización es muy importante, el hecho que los animales, en este caso los cerdos, viajan a través del mundo entero.

RFI: Un concepto central al que se refieren algunos de los científicos entrevistados en el libro, es el llamado efecto dilución. ¿En qué consiste ?

MMR: Sí, es muy importante. Precisamente para el documental debo viajar a Yucatán, en México, donde hay un laboratorio internacional de referencia donde un equipo de científicos trabaja sobre este efecto de dilución. Debo viajar a la reserva de Celestun, conocida por su gran biodiversidad, lo que significa que hay un gran potencial de patógenos. Pero allí están « en sordina » y no amenazan a nadie, porque el ecosistema está en equilibrio. Por ejemplo, hay jaguares que se comen a los roedores portadores de patógenos, pero si desaparece la reserva, desaparecen los jaguares y van a proliferar los roedores. Los científicos también han descubierto que dentro de la familia de los roedores de esta reserva hay roedores llamados « generalistas » o « oportunistas » que por ejemplo aprecian la destrucción de la selva en Argentina para plantar soja porque les encanta. El problema es que se son portadores de virus, se multiplican y proliferan porque los predadores han desaparecido. Eso es el efecto dilución, cuando hay una gran diversidad dentro de un ecosistema, es la mejor manera de evitar los problemas infecciosos.

RFI: ¿Es decir que la biodiversidad es la mejor garantía para nuestra salud?

MMR: Exactamente y lo que dicen esos científcos: virólogos, parasitólogos, epidemiólogos, médicos, todos dicen que si queremos enfrentar estos desafíos que son la característica del antropoceno -es decir caracterizado por que es el ser humano quien modifica el planeta- desafíos de sobra conocidos como el cambio climático, extinción de la biodiversidad y las grandes pandemias; si queremos enfrentarlos la ciencia debe adoptar otras orientaciones de trabajo.

RFI: Alguno científicos ponen al hombre por encima del resto, como si no fueran parte del ecosistema.

MMR: Si bien somos una especie dentro de las demás, consideramos que estamos por encima del resto porque durante siglos hemos explotado los recursos naturales sin pensar en las consecuencias. Como si estuvieran a disposición para siempre y fueran inagotables. Pero hemos llegado a un punto donde vemos que no se puede seguir así porque los recursos se están acabando. En muchas capitales de América Latina, la contaminación del agua y del aire es terrible, incluso aquí en Paris. El problema es que durante todo este tiempo la ciencia evolucionó en lo que se llama una lógica de silos, es decir una especialización muy estrecha. El virólogo solo trabaja sobre virus, el parasitólogo sobre los parásitos y prácticamente solo comunican entre sí, lo mismo para la medicina.

RFI: En el libro menciona el caso de los veterinarios, que durante la pandemia han sido los grandes ausentes.

MMR: Aquí en Francia hasta el siglo XVIII veterinarios y médicos compartían universidades. Con el cerdo compartimos un 95% de genes, somos casi hermanos, por eso es una puerta de entrada cuando hay un patógeno, por ejemplo de murciélago. Para «humanizar» ese virus se necesita un animal intermediario y el cerdo es ideal. Hay que acabar con la lógica de los silos, de eso también se habla en el laboratorio de Yucatán, es un laboratorio pluridisciplinario donde trabajan en conjunto. Los organismos científicos no apoyan los proyectos multidisciplinarios, es muy difícil obtener financiamiento. En los gobiernos sucede lo mismo, en todos los países hay un ministerio de agricultura que sigue su propia lógica sin importarle la biodiversidad. Los científicos que entrevisté proponen un nuevo paradigma que llaman « One health », una sola salud, es decir que hay que interconectar la salud de los seres humanos con la de los animales y los ecosistemas. Si no lo hacemos y seguimos pensando que podemos seguir destruyendo impunemente selvas, bosques y ríos, sin que eso tenga consecuencias sobre nuestra salud, nos equivocamos completamente.

RFI: Muchas enfermedades crónicas como alergias por ejemplo, lo dicen varios de los científicos de libro, tienen claramente un origen medioambiental.

MMR: Es otra parte de mi investigación que me sorprendió mucho. los cientificos dicen que cuando vives en una ciudad desde niño, donde no hay árboles, ni animales, ni parques, tu microbiota o tu flora intestinal es muy pobre. Ellos explican cómo funciona esto, durante los dos primeros años de la vida la flora intestinal del bebé se constituye gracias a la exposición a agentes patógenos, microbios etc. Entrevisté a una científica en los Estados Unidos, que demostró que los niños y niñas que han nacido y crecido en granjas orgánicas, donde hay vacas que pastorean normalmente heno natural, y beben leche orgánica. Los niños que crecen en este medio ambiente tienen una flora intestinal muy fuerte y buena para su sistema inmunitario. No tiene asma, no tienen alergias, hay mucho estudios que lo demuestran.

RFI: Y está el caso de los Amisch por ejemplo..

MMR: Sí, hay un estudio con familias Amish. Recordemos que es una comunidad originaria de Suiza que hace dos siglos vive en los Estados Unidos y siguen viviendo sin electricidad, ni tractores, practicando una agricultura órganica como a los inicios. Los científicos recogieron polvo en sus casas, que estaban llenos de agentes alérgicos, pero los niños no sufren de alergias porque desde su infancia han estado expuesto a diversos microbios incluidos esos agentes. Esa exposición temprana es clave para estimular y construir el sistema inmunitario y proteger al niño.

RFI: También cita en el libro la exposición a los gusanos intestinales, que podría explicar en parte, la baja mortalidad de la pandemia en el continente africano.

MMR: Exactamente, esta exposición desde pequeños a esos gusanos intestinales, también contribuye a la constititucion del sistema inmunitario y protege contra los excesos inflamatorios que son también características de la Covid 19, sabiendo la importancia de los factores de comorbilidad.

Por ejemplo, según un estudio publicado en Nature, eso explicaría que en Africa -donde se dijo que iba a ser una catástrofe con millones de muertos con la Covid 19- eso no ocurrió, ni tampoco en muchos países asiáticos. En Africa rural, no en las ciudades, porque en las grandes ciudades de Africa como de Asia o de América latina, viven el mismo medio ambiente que aquí en Paris u otras capitales occidentales. Eso significa baja biodiversidad, baja inmunidad etc. Es muy interesante como la biodiversidad protege la salud.

RFI:  Eso nos lleva  a recordar lo que dicen muchos de los entrevistados en el libro. Es decir que la respuesta ante la pandemia no puede limitarse a la vacunación u otras respuestas puramente farmacéuticas.

MMR:  Hay dos tipos de medidas, a corto plazo seguramente es necesario conseguir la vacuna. Pero la segunda, muy importante si queremos evitar las próximas pandemias, es tomar medidas para el mediano y largo plazo. Impedir por ejemplo la importación de soja de Brasil o de Argentina para alimentar nuestras granjas industriales, impedir la importación de aceite de palma porque contribuye igualmente a la deforestación y eso puede llevar a una pandemia. 

Esto significa también incluye el acuerdo de libre comercio entre Europa y el Mercosur, por ejemplo importar ganado de Brasil significa deforestación en Amazonas y como vimos con el caso del virus Zica, también proviene de la deforestación. Son medidas que se tienen que adoptar a nivel internacional, se puede hacer pero tomando también en cuenta otro aspecto que los científicos me comentaron. Dicen que otro problema que tenemos que solucionar es la pobreza porque en muchos países donde hay una gran biodiversidad, Brasil por ejemplo, hay también una presión muy fuerte porque la gente tiene que comer. Los campesinos y sus familias no tienen cómo vivir.

RFI: ¿No se puede proteger la biodiversidad contra la población sino junto con la población?

MMR:  La buena noticia, puedo decirlo porque hice un documental y un libro que se llama « Las cosechas del futuro » es que sabemos cómo hacerlo. Es un problema de justicia social, recordemos que hoy en día hay 28 millonarios que tienen tanto como 3,5 billones de humanos. Aquí en Francia, 8 millonarios tienen tanto como el 30% de la población, esas grandes desigualdades son una parte del problema. Entrevisté a un profesor de matemáticas que realizó un estudio muy interesante y que fue muy comentado. Buscó comprender porque la civilización maya despareció y la modelización que hizo muestra que fueron dos grandes factores que provocaron su desaparición, hay muchos ejemplos. El primero, la destrucción de los ecosistemas, acabando con los recursos naturales sin los cuales no podemos vivir. Segundo factor, las élites que no se dan cuenta de lo que esta ocurriendo, ese es un elemento muy importante y estamos exactamente en la misma situación a nivel global.

RFI:  Citaba el caso de los mayas, pero también hubo culturas precolombinas que supieron vivir en harmonía con el medio ambiente.

MMR: Sí, el ultimo capítulo es sobre los Koghis de la sierra nevada de Santa Marta en Colombia. Son una de las montañas mas altas del mundo, pero como está en el Caribe tiene una gran biodiversidad que empieza a nivel del mar hasta más de cinco mil metros de altura. Los Kogis son un ejemplo fantástico de una relación íntima, sobre todo los chamanes, con la naturaleza. Y que la han mantenido, a pesar de todas las agresiones que han sufrido durante los últimos siglos.

RFI: La dificultad es cómo recuperar esa sabiduría y aplicarla en la gestión de nuestras sociedades, como traducirla en política.

Corremos el riesgo de entrar en un confinamiento crónico
Por ejemplo, hay jaguares que se comen a los roedores portadores de patógenos, pero si desaparece la reserva, desaparecen los jaguares y van a proliferar los roedores

MMR: Es verdad, pero la política tiene distintos niveles. Lo bueno de la pandemia es que algunos se han dado cuenta que si no hay campesinos que siembran no se puede comer, si no hay enfermeras en los hospitales puedes morir. Hemos olvidado que somos interdependientes y estas interconexiones salen ahora a la luz. La cuestión es como los ciudadanos hacen presión sobre los politicos para decir: ya no podemos seguir con este modelo económico que esta destruyendo nuestra casa común. Cómo lo dijo el papa Francisco, si destruimos nuestra casa común simplemente no vamos a sobrevivir. En la encíclica, Laudato sí, habló de los animales y de las plantas como de nuestros hermanos y hermanas. No podremos sobrevivir si no cambiamos nuestra relación con todos los seres vivos que viven en el planeta.

RFI: Este libro, como fue el caso de ‘El mundo según Monsanto’, es la base de un documental que va a realizar con la actriz Juliette Binoche.¿Como surgió esta colaboración ?

MMR: Ella era presidenta de un jurado de documentales sobre el Medio ambiente y me invitó a ser miembro del jurado. Me dijo que le gustaría aprender sobre el tema y así surgió la idea de que ella fuera el puente entre los científicos y los ciudadanos para hacer un documental. Está apoyado por la UNESCO y diversas instituciones científicas, también hay financiamiento participativo que puede ver en nuestro sitio web.

RFI: Decía que los consumidores podemos ser actores de este cambio.

MMR: Puedes hacer muchas cosas eligiendo lo que consumes, comiendo o nó pollo industrial alimentado con soja que viene de Brasil o de Argentina. Privilegiando productores locales, mercados de campesinos, circuitos cortos, consumiendo de manera consciente, podemos hacer mucho a nivel local. Para mí una parte muy grande de la solución es que los ciudadanos se movilicen donde estén, buscando soluciones colectivas a nivel local. Hay muchas iniciativas en todo el mundo, lo he visto y lo he filmado.

RFI: Los medios de comunicación insisten sobre la vacuna pero ¿tal vez no dan espacio suficiente a estas iniciativas ?

MMR: Por eso  llevo hace 40 años haciendo este tipo de trabajo, he denunciado muchas cosas en mi vida, tráfico de órganos, como los franceses enseñaron a los militares argentinos los métodos de contra insurgencia, incluida la tortura « Escuadrones de la muerte escuela francesa » y a partir de 2012 decidí hacer documentales y mostrar las alternativas. Es muy importante que los periodistas jueguen su papel. Es una situación de emergencia total, el clima cambia aceleradamente, la biodiversidad se acaba y crece la pobreza. Hay que cambiar los modos de trabajar y de consumir y los periodistas también tienen que participar en ello.

Ecoportal.net

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